Lidia inclinada

—¿Podrías ayudarme a revisar algunas de las preguntas para un examen, papá? —preguntó Lidia una tarde.

Su padre estuvo de acuerdo, así que la niña le entregó las notas de estudio. Papá le hizo a Lidia varias preguntas sobre los temas que había estudiado.

—Ya quedan pocas preguntas —dijo al fin su padre—. ¿Cuál es el nombre de la torre famosa en Italia? ¿Y por qué es famosa?

—La torre inclinada de Pisa —respondió Lidia—. Se supone que debía pararse derecha, pero la construyeron en una tierra muy suave y comenzó a inclinarse durante la construcción.

—Muy bien —le felicitó papá, cerrando el libro—. Tengo que hacer unas preguntas más difíciles si quiero hacerte caer. Veamos… ¿sobre qué se inclina la torre inclinada de Pisa?

Lidia tuvo que pensar bien para contestar.

—¿Es una pregunta capciosa? No parece inclinarse sobre nada —la niña miró por la ventana y vio a su hermanito menor que se movía sobre su bicicleta, balanceándose de un lado a otro—. Pero Elí sí se está inclinando. Sin esas ruedas de aprendizaje, ¡se caería de oreja! —ella sonrió—. ¿Es Dios el que sostiene la torre? Quizá Él es quien evita que se caiga.

—Esa es una idea interesante —opinó su padre—. Elí, la torre de Pisa, tú y yo, todos necesitamos que algo, o alguien, nos sostenga para no caernos —él sonrió—. Con el tiempo, Elí aprenderá a montar su bicicleta sin apoyarse en esas rueditas. Pero, como cristianos, siempre necesitaremos que alguien nos sostenga.

—Te refieres a Jesús, ¿verdad? —preguntó Lidia.

—Así es —afirmó papá—. Si creemos que podemos avanzar en la vida o ser buenas personas apoyándonos en nuestros propios esfuerzos, solo nos caeremos de oreja. Solo cuando dependemos de Jesús y confiamos en Él podemos ser salvos del pecado y amar a los demás como Dios nos ha llamado a amarlos. Es imposible hacerlo por nosotros mismos —él hizo una pausa—. No estoy seguro de qué es lo que sostiene la torre inclinada de Pisa. Algunas personas creen que un día podría caerse. Pero nuestro fundamento es Jesús y nunca nos dejará caer. Pase lo que pase. Siempre nos sostendrá.

Lidia sonrió.

—Entonces, debido a que confío en Jesús, ¡soy Lidia inclinada! Tendré que recordarlo.

—Excelente —expresó papá—. ¡Es mucho más importante recordar eso que cualquier otra cosa de tu hoja de preguntas!

Nance E. Keyes

APÓYATE EN JESÚS

VERSÍCULO CLAVE: Proverbios 3:5

CONFÍA EN EL SEÑOR CON TODO TU CORAZÓN, Y NO TE APOYES EN TU PROPIO ENTENDIMIENTO.

¿Estás apoyándote en Jesús? ¿O estás tratando de sostenerte por ti mismo? Solo Jesús puede salvarnos del pecado y proveernos todo lo que necesitamos para vivir una vida que apunte a Su bondad y amor. El Señor quiere que nos apoyemos en Él, y pone personas en nuestras vidas que también nos apoyan en tiempos difíciles, como amigos y familia. Puedes confiar en que Él nunca te dejará caer. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
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