La manzana podrida de Román

Román entró dando pisotones en la casa y se dirigió a las gradas, sin molestarse por saludar a su familia.

—¡Oye, hijo! —le llamó su padre desde la cocina. El niño balbuceó algo y después subió las gradas y se encerró en su habitación con un portazo. Toda la casa se sacudió.

Eva, su hermana, entró en la casa un momento después. Mamá acabó de terminar de picar una papa y le dio un abrazo.

—¿Qué le pasa a tu hermano? —preguntó la madre.

Eva abrió el refrigerador y sacó una manzana.

—Bueno, este niño que se llama Carlos Pérez no deja de acosarlo ni fastidiarlo —respondió—, especialmente cuando camina a la casa después de la escuela.

Más tarde, esa noche, mamá le pidió a Román ayuda para hacer su famoso puré de manzana. Mientras picaba las manzanas, el niño recordó algunas de las cosas que Carlos le había dicho en el camino de la escuela a su casa. Enfurecido, Román clavó con fuerza el cuchillo en la manzana, que se destrozó y le salpicó toda la ropa y ensució el mesón de la cocina.

—Oh, cielos. Supongo que era una manzana podrida. Debo tener más cuidado cuando elija las bolsas en el mercado —comentó su madre, mientras ayudaba a limpiar la ropa de su hijo y las áreas que lo rodeaban—. ¿Por qué clavaste el cuchillo con tanta fuerza? —preguntó—. Podías haberte hecho daño.

—Bueno, es que… estaba penando en lo que me dijo un niño que se llama Carlos hace rato. Él me dice un montón de cosas crueles.

—Creo que estás lidiando con esto de una forma que se parece a la manzana podrida —opinó mamá mientras aplastaba las manzanas buenas—. Has estado guardándote esto en tu interior. Permitir que los sentimientos de enojo y amargura se queden en tu corazón de ese modo puede hacer que te pudras por dentro. Con el tiempo, estos sentimientos salen a flote o, como en tu caso, explotan.

Román esparció un poco de canela en la mezcla de las manzanas.

—Creo que sí pensé que podía lidiar con esto por mi cuenta.

—A veces la única manera de lidiar con algo o con alguien es pedir ayuda —aseguró su madre—. Jesús te ama tanto que murió para salvarte y quiere que acudas a Él cuando tengas problemas y resentimientos. Él también pone personas en tu vida para ayudarte, como tu papá y yo. Déjanos ayudarte con la situación y confía en que Dios te ayudará a soltar esos sentimientos y reemplazarlos con Su amor y paz.

Taylor Carey

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 VERSÍCULO CLAVE: 1 Pedro 5:7 (NTV)

PONGAN TODAS SUS PREOCUPACIONES Y ANSIEDADES EN LAS MANOS DE DIOS, PORQUE ÉL CUIDA DE USTEDES.

¿Alguien ha sido cruel contigo alguna vez? A veces es más fácil embotellar los resentimientos, en lugar de lidiar con ellos. Pero Dios quiere que le entreguemos nuestras dificultades y nos da personas que nos sostienen. No tengas miedo de pedir ayuda cuando los bravucones te molesten o enfrentes cualquier otra situación difícil. Confía en que Jesús te consolará y te dará el poder para amar como Él nos ama a quienes te hacen daño.

Clave de Hoy
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