Un reflejo brillante

—¡Miren que brillantes están hoy las estrellas! —el hermanito menor de Damián, Patricio, miraba boquiabierto al cielo desde su lugar en el pasto.

—Sí, y la luna también está muy brillante —comentó Damián.

—¿Por qué es tan brillante? —preguntó Patricio—. ¿Es una gran bola de fuego?

Damián rio y negó con la cabeza.

—El sol se parece más a una bola de fuego. La lucha, en realidad, no tiene ninguna luz. Solo refleja la luz del sol, por eso brilla. Eso aprendí en mi clase de ciencias.

—¡Vengan, niños! —gritó su madre desde la casa—. Es hora de ir a dormir.

Los niños se levantaron del pasto y se dirigieron a la casa. U na vez que estuvieron adentro, Patricio corrió a la ventana y apuntó a la luna:

—¡Adivina una cosa, mamá! Damián me contó que la luna en realidad no es una bola de fuego… solo refleja la luz del sol. ¿Lo sabías?

Mamá sonrió.

—Sí, lo sabía. Ahora ve a la cama, o la mañana llegará antes de que estés listo.

Al día siguiente, después de la iglesia, Damián les hizo a sus padres una pregunta que lo estaba confundiendo.

—Mi maestra dice que se supone que las demás personas deberían ver a Jesús en nosotros. Pero no somos Jesús, entonces, ¿cómo podrán verlo? No entiendo.

—Bueno —contestó su madre—, ¿recuerdas lo que le enseñaste a Patricio sobre el sol y la luna cuando estuvieron afuera anoche?

—Claro —respondió Damián—. Le dije que la luna refleja la luz del sol.

—Correcto —afirmó mamá—. La luna no es el sol, pero lo refleja. Cuando las personas ven a la luna, la luz que ven en realidad es la del sol. Y no somos Jesús, pero debido a que le pertenecemos y tenemos Su Espíritu en nosotros, podemos reflejar Su luz. Cuando la gente ve lo que hacemos y cómo tratamos a los demás, ellos deberían ver el carácter de Jesús que brilla a través de nosotros.

—Eso es cierto —aseguró su padre—. Cuando confiamos en el Espíritu Santo para que nos ayude a ser bondadosos, pacientes, a decir la verdad y a no ser egoístas, reflejamos a Jesús y Su gran amor para todos. Así como la luna refleja la luz del sol, los cristianos podemos reflejar el amor del hijo de Dios, Jesús.

ANNA E. BAUMEISTER

DEJA QUE OTROS VEAN A JESÚS EN TI

VERSÍCULO CLAVE: 1 PEDRO 2:21

PUES TAMBIÉN CRISTO SUFRIÓ POR USTEDES, DEJÁNDOLES EJEMPLO PARA QUE SIGAN SUS PASOS.

Si eres cristiano, ¿las demás personas ven el amor de Jesús reflejado en tu vida? Cuando demuestras a otros el mismo tipo de amor que Jesús nos mostró al morir por nuestros pecados, las personas podrán verlo en ti. Pero no puedes hacerlo por tu cuenta. Jesús te dio el Espíritu Santo para que puedas hacer brillar Su luz ante los demás. Confía en que el Espíritu Santo te ayudará y te guiará mientras reflejas el amor de Jesús a quienes te rodean.

Clave de Hoy
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