Volando en una formación
—Bueno, si así van a ser las cosas, ¡buscaré a otra persona con quién hacer mi proyecto de ciencias! —Memo se dio la vuelta y se alejó de Tobías y de Carlos, antes que tuvieran la oportunidad de responder.
Durante la cena, Memo seguía enojado.
—Tobías y Carlos no me escuchan —le contó a su padre—. Quieren cambiar todo el proyecto de ciencias. No me importa lo que digan. Me gusta la forma en que lo planeé.
—Parece que tienen problemas para volar en una formación —comentó papá.
—¿Ah? —Memo frunció el ceño—. ¿De qué estás hablando?
—¿Recuerdas que la semana pasada vimos al equipo de vuelo de la Marina cuando realizaba un espectáculo aéreo? ¿Qué tan lejos estaban esos jets unos de otros?
—¡Estaban muy cerca! —contestó Memo—. Creo que el presentador dijo que a veces estaban a un metro de distancia —el niño recordó la emoción de ver a los brillantes jets azules con amarillo—. Cuando el líder se movía en cierta dirección, todos se movían para allá. Si no lo hubieran hecho, se habrían metido en grandes problemas.
—Correcto —afirmó papá—. ¡Para volar en una formación como esa se necesita un verdadero trabajo en equipo! Pero hacer algo bien hecho en cualquier proyecto de equipo requiere de trabajo en equipo, y eso incluye tu proyecto de ciencias. Deben trabajar juntos como un equipo.
—¡Pero ellos no me escuchan! —se quejó Memo.
—Bueno, sí deberían escuchar tus ideas —aseguró su padre—. Pero tú también deberías escuchar las ideas de ellos. ¿Lo has hecho? ¿En verdad has pensado en cuáles ideas funcionarían mejor?
Memo suspiró.
—Supongo que no. Hablaré con Carlos y Tobías para ver si todavía me dejan trabajar con ellos.
—Muy bien —indicó papá—. ¿Sabes? Esto me hace acuerdo de la manera en que los cristianos también debemos volar en una formación. Puesto que conoces a Jesús, eres parte de Su equipo de creyentes, que es la iglesia. Como cristianos, debemos trabajar juntos para ayudar a que más personas conozcan de Jesús. Pero no podemos hacerlo si solo pensamos en nosotros mismos y en lo que queremos.
—Debemos ser como Jesús, ¿verdad? —preguntó Memo.
—Así es —declaró papá—. Tenemos que mostrarnos unos a otros el tipo de amor que Él nos muestra, y eso incluye escuchar las ideas de los demás y ser pacientes y comprensivos. Cuando así lo hacemos, las otras personas verán el amor de Dios en nosotros y querrán conocer más acerca de Jesús.
DIANE HESSELBERG
TRABAJA EN UNIDAD CON LOS DEMÁS
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 133:1
MIREN CUÁN BUENO Y CUÁN AGRADABLE ES QUE LOS HERMANOS HABITEN JUNTOS EN ARMONÍA.
¿Te cuesta trabajar como parte de un equipo? ¿Te molesta cuando los demás no están de acuerdo con tus ideas? Recuerda que Dios quiere que los cristianos trabajen juntos en armonía. Efesios 4:2 dice que debemos ser humildes, mansos y pacientes, mientras nos soportamos unos a otros en amor. Comparte tus ideas, pero también escucha las sugerencias de las otras personas para que puedan trabajar como un equipo en amor y en armonía.
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