Vivir la Navidad
—No sé lo que voy a hacer, Set —le dijo Javier a su hermano mayor. Estaban jugando uno de sus videojuegos favoritos mientras esperaban que la pizza hecha en casa de su madre terminara de hornearse.
—¡Puedes comenzar poniéndote a jugar! —Set hizo una pausa y después dijo—. No, a ver, ¿qué pasa?
—Bueno, ¿conoces a Beto, ese niño nuevo raro de mi grado del que te hablé el otro día? —preguntó Javier.
—Sí, me hace acuerdo de cómo me sentí cuando nos mudamos acá y estaba comenzando la escuela. ¡Eso no fue divertido!
—Lo sé, por eso he tratado de ayudarlo y de sentarme con él en el almuerzo, pero ahora quisiera no haberlo hecho nunca. Pronto será su cumpleaños y su mamá me dijo que él solo puede invitar a una persona para su fiesta con pijamada en su casa. Adivina qué persona tiene esa suerte… —dijo Javier sarcásticamente—. ¡Yo!
—Eso no está tan mal —opinó Set.
Javier no se veía convencido.
—Es que resulta que la fiesta es el viernes… ese viernes tenemos nuestro último club infantil en la iglesia antes de las vacaciones de Navidad. Es el viernes donde todos se llevan un premio grande a casa, en lugar de simplemente esperar a ganar en el sorteo. ¡Si voy a la casa de Veto, me perderé del club infantil! Le pregunté si quisiera venir, pero su mamá no sabe nada de esto, así que no le dan permiso. ¡Voy a tener que perdérmelo y perder mi premio!
Cuando su mamá llamó a los niños a cenar, ella les contó que los había escuchado conversando sobre el problema de Javier.
—Eso me recordó lo que leímos esta mañana en la Biblia sobre cómo Jesús renunció a la gloria del cielo para venir a este mundo como un bebé para salvarnos —comentó la madre—. ¿Se acuerdan de cómo hablamos sobre buscar la forma de demostrar ese mismo tipo de amor a otros esta Navidad?
—Sí —Javier suspiró—. Está bien, le diré a Beto que iré. Quizá pueda contarle a su mamá un poco más del club infantil y ella le dará permiso para que venga conmigo. Entonces ninguno de los dos se perderá de la diversión… ¡y Beto puede aprender más sobre Jesús!
ALICIA ALBERT
VIVE EL MENSAJE DE LA NAVIDAD
VERSÍCULO CLAVE: JUAN 13:34
UN MANDAMIENTO NUEVO LES DOY: “QUE SE AMEN LOS UNOS A LOS OTROS”; QUE COMO YO LOS HE AMADO, ASÍ TAMBIÉN SE AMEN LOS UNOS A LOS OTROS.
¿Has oído muchas veces la historia de Navidad, pero en realidad nunca la has asimilado en realidad? Piensa en todo a lo que Jesús renunció al venir a este mundo para salvarnos. Él dejó el cielo para convertirse en un bebé indefenso, para que un día pudiera morir por nuestros pecados en la cruz. ¡Cuando piensas en todo a lo que Jesús renunció por ti, será un poquito más fácil para ti que renuncies a algo para ayudar a cambiar la vida de otra persona de una forma asombrosa!
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