La cirugía de papá

Las lágrimas comenzaron a llenar los ojos de Azucena mientras veía la película que pasaban por la televisión, sin realmente ponerle atención, y ella las secó con sus manos. Su papá iba a tener una cirugía en el corazón al día siguiente, y no podía dejar de pensar en esto.

La niña sintió que su tía la estaba mirando.

—¿Quieres ayudarme a hacer palomitas de maíz? —preguntó la tía Laura.

Azucena se levantó y dejó a sus hermanas y primos para seguir a su tía a la cocina.

—¿Estás pensando en tu papá? —le preguntó la tía Laura.

Azucena asintió.

—Estoy tratando de no preocuparme, pero es difícil.

—Está bien tener miedo —la tía Laura le puso una mano en la espalda—. Yo sí estoy asustada.

La niña miró a su tía.

—¿Estás asustada?

La tía Laura asintió.

—He estado orando y tratando de entregarle mis preocupaciones a Jesús, pero no siempre es fácil. A veces tengo que recordarme a mí misma que aun los que escribieron el libro de Salmos cuestionaron a Dios y admitieron cuando tenían miedo.

—¿De verdad? —preguntó Azucena.

—Oh, sí. Algunos de los salmistas en la Biblia incluso preguntaban si Dios los rechazaría para siempre —la tía Laura sacó un tazón rojo y grande de la alacena—. Pero también alabaron a Dios al final. Recordaron todas las cosas asombrosas que Dios había hecho y cómo Él siempre los había cuidado.

—¿Y él también cuidará de papá? —preguntó Azucena en voz baja.

Su tía puso el tazón en la mesa y abrazó a su sobrina.

—Debemos orar y confiar en que el Señor lo hará. Pero aun si pasara algo malo, todavía podemos alabar a Dios por las cosas maravillosas que ha hecho. Jesús murió y resucitó para salvarnos, y Él promete que algún día hará desaparecer todo pecado, enfermedad y muerte. No importa lo que pase, podemos confiar en Dios por esa razón.

—¿Quisieras orar conmigo ahora mismo? —preguntó Azucena.

—Por supuesto que sí —la tía Laura inclinó su cabeza y guio a su sobrina en una oración para pedir por sanidad para su papá y paz para toda la familia. Azucena se sintió un poco mejor cuando terminaron de orar.

—¿Ahora sí quieres ayudarme a hacer estas palomitas? —preguntó la tía Laura.

Azucena asintió rápidamente. Todavía tenía miedo, pero estaba feliz porque podía confiar en que Dios cuidaría de su papá, sin importar lo que sucediera.

BETHANY ACKER

CONFÍA EN DIOS CUANDO SIENTAS MIEDO

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 77:14

TÚ ERES EL DIOS QUE HACE MARAVILLAS, HAS HECHO CONOCER TU PODER ENTRE LOS PUEBLOS.

Cuando te sientes triste o con miedo por algo que estás viviendo, ¿lo admites? Eres importante para Dios y Él quiere que seas honesto con Él y con los demás sobre cómo te sientes. Aun los salmistas en la Biblia sintieron miedo, pero siguieron alabando a Dios y confiando en Él. Cuéntale a Jesús cómo te sientes y confía en que Él estará contigo y te dará paz, mientras recuerdas las cosas maravillosas que el Señor ha hecho por ti.

Clave de Hoy
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