Alma sedienta

Papá cerró la Biblia y le dio a Gina un abrazo de oso. Ambos se levantaron de un brinco y chocaron sus puños en el aire.

—¡Lo logramos! —gritó la niña.

Su madre entró por la puerta trasera.

—Supongo que la emoción es porque los dos acaban de terminar de leer toda la Biblia. Miren lo que tengo para ustedes —ella les entregó dos boletos—. Pueden celebrar en el partido de fútbol de mañana.

En el partido tuvieron buenos asientos, comieron muchas papitas y perros calientes… ¡y su equipo ganó! De camino a casa, Gina tenía sed, pero su botella de agua estaba vacía. Cuando llegaron a su casa, Gina se olvidó de tomar algo porque se sentaron a la mesa para contarle a su mamá todo sobre el partido. El padre sacó la Biblia y dijo:

—Hija, puedes elegir qué libro quieres leer después.

—Acabamos de terminar de leer la Biblia ayer, ¿Por qué tenemos que seguir leyéndola? —ella tenía en su mano la botella vacía—. Necesito un poco de agua.

Papá levantó su mano.

—Espera, ¿no te acabaste toda esa botella de agua ayer? —Gina asintió y su padre preguntó—: ¿Por qué quieres más?

—Probablemente porque comimos tres bolsas de papitas en el partido —respondió Gina riendo.

Papá rio también y llevó la botella de agua al grifo para llenarla.

—¿Qué pasaría si nunca volvieras a tomar agua?

—Me sentiría terrible y siempre estaría con sed.

—Lo mismo pasaría con tu alma sin Jesús —aseguró papá—. Serías como una persona perdida en el desierto sin agua. Jesús se llama a Sí mismo el agua viva porque lo necesitamos para que nos salve y para que llene nuestras vidas con Su presencia y Su paz. Una de las maneras en que nos ayuda a sentir Su presencia y Su paz es a través de Su Palabra. Leer la Biblia es como beber agua. Con la Escritura, Jesús refresca tu mente y tu espíritu. No es algo que lees una vez; tenemos que seguir leyendo la Biblia y aprendiendo de ella con las demás personas de la iglesia.

Gina asintió.

—La Biblia me recuerda cuánto Dios me ama, por ejemplo, cuando leímos sobre cómo Jesús nos perdona porque tomó el castigo por nuestros pecados al morir en la cruz. Y me encanta leer la parte en la que Jesús resucita de entre los muertos.

Su padre le entregó la botella llena con agua. Gina bebió un poco y abrió la Biblia para elegir qué libro leer.

LAURA ROESLER

NO PIERDAS LA SED POR LA PALABRA DE DIOS

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 143:6

MI ALMA TE ANHELA COMO LA TIERRA SEDIENTA.

¿Alguna vez has sentido que en realidad no necesitas leer la Biblia? La Palabra de Dios nos dice que Sus misericordias son nuevas cada mañana. Cada día Jesús tiene palabras amorosas para decirte y direcciones para darte. A través de la verdad de Su Palabra, Él puede refrescar tu alma como el agua fría en un día caliente, al recordarte Su amor y fidelidad. Léela y confía en que Dios te ayudará a oír lo que Él quiera decirte.

Clave de Hoy
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