Dos exámenes importantes

Elina estaba tratando de concentrarse en su lección de matemáticas cuando su madre apareció en la puerta de su habitación.

—¿Cómo vas con la tarea? —le preguntó.

La niña se encogió de hombros.

—Mañana tenemos un examen y tengo miedo de no pasarlo. Estoy tratando, pero no puedo estudiar —ella suspiró profundamente—. Desde que papá se fue a la rehabilitación, mi mente siempre está en otro lado.

Mamá entró y abrazó a su hija.

—Te entiendo, chiquita. Yo también lo extraño.

Elina cerró su libro de golpe.

—Mamá, ¿por qué Dios no respondió mis oraciones? ¿No oramos lo suficiente? ¿Es nuestra culpa que papá haya empeorado cada vez más y haya tenido que ir a rehabilitación?

—No, hija, no es nuestra culpa para nada. Hicimos todo lo posible por ayudarlo —le aseguró su madre—. No sé por qué Dios permitió que las cosas se dieran así, pero sé que Él ama a tu padre y puede sanarlo y ayudarlo a cambiar. Al menos por ahora está en el camino correcto para mejorar. Sigamos orando por tu papá y la una por la otra. Dios responde la oración, pero en Su tiempo y a Su manera.

Los ojos de Elina se llenaron de lágrimas.

—Pero ¿qué pasará ahora con nosotras? ¿Acaso no le importamos a Dios?

—Oh, hijita, el mismo Dios que nos ama tanto que dio a Su Hijo para morir por nosotras nos ama ahora como siempre nos ha amado. Sé que es difícil, pero, así como confiamos en Jesús para que nos salve de nuestro pecado, podemos confiar en que Él cuidará ahora de nosotras. El Señor puede darnos paz, de hecho, es el único que puede hacerlo. ¿Recuerdas el versículo que aprendiste la semana pasada en la iglesia?

Elina asintió:

—Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes.

—Me parece que tienes que aprobar dos exámenes ahora —opinó su madre mientras acariciaba el cabello de su hija—. El uno es tu examen de matemáticas y el otro es recordar la promesa de Dios que Él cuidará de ti, aun cuando las cosas se pongan difíciles. Con la ayuda de Dios, tengo la confianza de que puedes con ambas pruebas.

—Está bien —expresó Elina—. Trataré de recordar cuánto Dios se preocupa por mí y me cuida —la niña sonrió y abrió su libro de matemáticas—. Creo que ahora ya puedo estudiar.

MARIE SHROPSHIRE

CONFÍA EN QUE DIOS CUIDA DE TI

VERSÍCULO CLAVE: 1 PEDRO 5:7 (NTV)

PONGAN TODAS SUS PREOCUPACIONES Y ANSIEDADES EN LAS MANOS DE DIOS, PORQUE ÉL CUIDA DE USTEDES.

¿Sabes cuánto Dios se preocupa por ti? Quizá estés afrontando una situación difícil y te preguntes si a Dios le importa lo que estás pasando. A Él le importa. Jesús te ama ahora tanto como te amó cuando murió por tus pecados. Aunque no entiendas por qué el Señor permite que sucedan cosas difíciles, ten la certeza de que Él está contigo, y puedes tener la seguridad de que Él cuidará de ti.

Clave de Hoy
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