El cinturón de seguridad
Layla y Benicio corrieron al automóvil y saltaron al asiento de atrás.
—¡No se olviden de ponerse el cinturón de seguridad! —indicó Layla mientras se abrochaba el suyo.
Su madre se dio la vuelta y los miró.
—Ustedes dos se ven muy emocionados por abrocharse el cinturón de seguridad hoy.
Layla y Benicio se miraron el uno al otro y empezaron a reír.
—Bueno —dijo Layla—. Hoy aprendimos sobre los cinturones de seguridad en la iglesia.
—¿En la iglesia? —preguntó mamá.
—Sí —afirmó Benicio—. En nuestra clase de escuela dominical.
—¿Sabías que confiar en Dios es como usar un cinturón de seguridad? —preguntó Layla.
—No había escuchado eso —comentó papá—. Explíquenme.
—El señor Pozo dijo que tenemos cinturones de seguridad en nuestros autos para mantenernos a salvo, especialmente en caso de un accidente —declaró Benicio—. Dijo que, en lugar de rebotar por todos lados cuando vamos por caminos empedrados, los cinturones de seguridad nos mantienen a salvo. Nos dijo que eso se parece a la confianza en Dios.
—Sí —agregó Layla—. Estos cinturones de seguridad siempre están ahí, pero si nunca los abrochamos, ¡puede ser realmente peligroso y aterrador! Dios también está siempre con nosotros y promete cuidar de nosotros. Pero si no confiamos en Él, nos preocupamos y no nos sentimos seguros y a salvo.
—Es una buena forma de verlo —opinó mamá—. Jesús murió por nosotros para que podamos tener paz y vida eterna a Su lado. Él está siempre con nosotros para guiarnos y ayudarnos, pero si no confiamos en el Señor, podemos terminar sintiéndonos con mucha preocupación y miedo cuando las cosas se ponen difíciles.
—Correcto —aseguró papá—. La vida puede ser un camino empedrado, y confiar en Jesús no siempre significa que no vayamos a sentirnos preocupados o inseguros. Solo significa que, cuando nos sintamos así, podemos buscar a Jesús para que nos dé paz y nos ayude a recordar que Él cuida de nosotros —el padre encendió el automóvil—. Bueno, no sé ustedes, pero estoy listo para almorzar —expresó mientras avanzaba en reversa.
—Eh, papá —señaló Layla—. Creo que olvidaste algo.
—¿Qué? —preguntó su padre.
Layla y Benicio estallaron en risas.
—¡Ponte el cinturón de seguridad! —gritaron a una voz.
ANN LA COMB
CONFÍA EN DIOS EN TODA CIRCUNSTANCIA
VERSÍCULO CLAVE: PROVERBIOS 29:25
EL QUE CONFÍA EN EL SEÑOR ESTARÁ SEGURO.
¿Tienes puesto el cinturón de seguridad? ¿Confías en Dios cada vez que la vida se pone difícil? ¿O estás lleno de preocupación y miedo cuando afrontas problemas o cuando las cosas se ven inciertas? Todos nos sentimos preocupados y con miedo a veces, pero Jesús nos ofrece Su paz y promete que estará con nosotros. Ya sea que el camino en el que te encuentras en la vida esté plano o empedrado, confía en Dios y ten la seguridad de que Él está contigo y cuidará de ti, aun cuando las cosas se pongan difíciles.
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