El rescate de Bandida (Parte 2)

Bandida, la cerdita bebé de Amelia, permanecía acostada en una caja. Respiraba con dificultad y su débil inhalación era la única pista de que todavía seguía viva. Mientras Amelia sostenía una bombilla de luz sobre la caja para darle calor, su prima Rubí entró en la habitación. Ella miró a la cerdita inmóvil mientras Amelia le explicaba lo que había ocurrido.

—¡Qué terrible! —exclamó Rubí. Ella observó cómo Amelia tomaba un gotero y derramaba leche tibia en la boca de la cerdita. Rubí suspiró—. Es inútil —opinó, negando con la cabeza.

—¡No! Ella podría mejorar —aseguró Amelia. Cada dos horas, la niña iba a la caja de Bandida para alimentar y acariciar a la cerdita, buscando alguna señal de mejoría. Aun sus padres comenzaron a dudar de que Bandida se recuperaría, pero Amelia se rehusaba a darse por vencida. Incluso se levantaba a la media noche para cuidarla. Papá le advirtió que debería prepararse para lo peor, pero la niña seguía esperando y orando para que Bandida se pusiera bien.

A la mañana siguiente, Rubí llegó a la casa de Amelia para ir a la iglesia con la familia.

—Quiero mostrarte algo —indicó Amelia, y guio a su prima a la caja de Bandida—. ¡Mira!

Rubí la miró fijamente. Ahí estaba Bandida, moviéndose y haciendo ruido para que Amelia se diera prisa para traer más comida.

—¡No lo puedo creer! —exclamó Rubí—. Ayer parecía que no había esperanza. ¡Estaba segura de que la íbamos a perder!

Más tarde, ese mismo día, Rubí y Amelia sacaron a Bandida para que respirara aire fresco.

—¿Conoces a Romeo, mi hermano de acogida? —preguntó Rubí mientras jugaba con Bandida en el pasto—. Bueno, ¡creo que ya no lo soporto! Siempre se está metiendo en problemas; sigue mintiendo y robando nuestras cosas. Creo que no hay nada que podamos hacer por él. ¡Es inútil!

—Es lo mismo que dijiste de Bandida —comentó Amelia—. Pero no era verdad. Bandida mejoró porque la amé y la cuidé. ¡Dios ama y cuida de nosotros mucho más que eso! Cuando todos estábamos perdidos y sin esperanza, el Señor envió a Jesús para salvarnos —Amelia miró a su prima—. ¿Por qué no tratas de ayudar a Romeo al orar por él y demostrarle que te importa? Yo también puedo orar por él. So fue lo que hice con Bandida, y Romeo es mucho más importante que una cerdita. No te des por vencida con él, las cosas siempre tienen esperanza con Dios.

LINDA A. PRICE

HAY ESPERANZA PARA QUIENES NO LA TIENEN

VERSÍCULO CLAVE: MATEO 19:26

PARA DIOS TODO ES POSIBLE.

¿Conoces a personas que parece que no tienen esperanza y que es inútil seguir tratando con ellas? Sigue orando y ayudándolas en lo que sea posible para ti. Asegúrate de también compartir las Buenas Nuevas de Jesús con ellos. Él vino a ofrecernos esperanza a todos nosotros al morir por nuestros pecados y resucitar de entre los muertos. Él puede cambiar cualquier corazón, así como cambió el tuyo. Ayuda a otras personas para que sepan que Jesús las ama y las recibirá con gozo.

Clave de Hoy
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