Una buena mano
«Pin, pin, pin». Una por una, Abi lentamente tocó las notas de la música para su recital de piano. «Esto es tan difícil», pensó. «¡Creo que nunca voy a ser lo suficientemente buena como para tocar frente a un grupo grande de personas!». La niña siguió luchando por unos minutos, después arrojó el libro de música al piso y comenzó a tocar una canción de memora. «Esto es mucho más divertido», se dijo para sus adentros.
Más tarde, ese mismo día, Abi ayudó a su madre a sembrar semillas en el jardín.
—Siempre has tenido flores tan lindas, mamá —opinó la niña—. La abuela dice que tienes buena mano… sea lo que sea que eso signifique.
Mamá rio.
—Significa que tengo talento para cultivar plantas. Puede que eso sea cierto, pero tengo mucho trabajo que hacer también. Tomás Edison, el gran inventor, dijo una vez: «La genialidad es uno por ciento de inspiración y noventa y nueve por ciento de transpiración». Creo que tiene razón.
—Sí trabajas mucho en el jardín… ¡y me haces trabajar mucho a mí también! —bromeó Abi—. No me molesta la jardinería, pero no tengo una buena mano como tú.
—¿Qué te gusta hacer? —preguntó su madre—. ¿Para qué eres buena?
—Eh… —Abi pensó por un momento—. ¡Soy buena para tocar el piano! —entonces la niña frunció el ceño—. Pero ya estoy cansada de practicar la pieza de mi recital. Quisiera no tener que practicar tanto.
—Supongo, entonces, que la música es tu área en la que tienes una buena mano —comentó mamá—. Definitivamente tienes talento para tocar el piano. Pero si quieres desarrollar ese talento en algo que valga la pena, vas a tener que trabajar mucho, así como yo trabajo muy duro en la jardinería, a pesar de que tengo buena mano. Pero sé que puedes hacerlo. Dios es quien nos dio nuestros talentos y Él nos ayudará a trabajar para desarrollarlos, para que podamos compartir nuestros dones con los demás y guiarlos a Jesús.
Abi sonrió.
—Pero no creo que sea justo… yo puedo ayudarte en el jardín, pero tú no me puedes ayudar a tocar el piano.
—Eso es verdad —admitió su madre—. Pero te diré una cosa. Cuando terminemos con el jardín, usaré otro de mis talentos mientras te escucho practicar tu pieza. Trabajaré en coser tu vestido para el recital. ¿Qué te parece?
Abi sonrió y asintió.
MARY ROSE PEARSON
DESARROLLA TUS TALENTOS
VERSÍCULO CLAVE: COLOSENSES 3:23 (NTV)
TRABAJEN DE BUENA GANA EN TODO LO QUE HAGAN, COMO SI FUERA PARA EL SEÑOR Y NO PARA LA GENTE.
¿Para qué eres bueno? Hay muchas maneras en las que puedes usar tus talentos para compartir cosas buenas con los demás y guiarlos a Jesús. Pueden ir desde actuar en frente de las personas a servir en silencio tras bastidores. Cantar, hablar en público, hacer manualidades, cocinar, escribir, planear actividades, cualquier cosa que hagas bien es un talento que Dios puede usar. No te preocupes por lo que piensen las otras personas. Confía en que Dios te ayudará a desarrollar tus talentos y los usará para Su gloria.
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