La roca inconmovible

Lucía cerró su libro de un golpe.

—He estudiado y estudiado tanto que ya ni siquiera puedo distinguir los números en esta página, mamá, pero sé que mañana voy a reprobar el examen de matemáticas.

—Pero has estudiado mucho y también has orado por ese examen —comentó su madre—. Ahora solo tienes que dar tu mejor esfuerzo y confiar en que el Señor te ayudará.

Lucía suspiró.

—Es solo que no puedo dejar de pensar en lo terrible que soy para las matemáticas. Solo sé que hago mal todos los problemas.

—Hija, ¿recuerdas la vez en que fuimos a esa enorme roca en el océano? Era tan grande que nos quedamos ahí, disfrutando todo el espacio. No notamos que la marea estaba subiendo y nos quedamos atrapados, ¿te acuerdas?

—Sí —contestó lucía—. Hubo una tormenta antes que pudiéramos regresar a la orilla, y los vientos y olas golpeaban contra esa roca. ¡Fue uno de los momentos más aterradores de mi vida!

Su madre asintió.

—Sí, teníamos mucho miedo. ¿Recuerdas lo que dijo tu papá?

—Me animó a que no tuviera miedo. Dijo algo como: «Puede que temblemos sobre la roca, pero la roca nunca temblará bajo nuestros pies». Y tenía razón, la roca permaneció firme y estuvimos a salvo —la niña se quedó pensando un momento—. Papá dijo que Dios es nuestra Roca y que, aun cuando afrontemos dificultades, podemos descansar en Él y no debemos tener miedo.

—Correcto —afirmó mamá—. Jesús murió para salvarnos del pecado, para que podamos tener paz eterna y gozo con Él para siempre. El Señor promete que estará con nosotros y nos ayudará en todo lo que afrontemos en los momentos difíciles, como cuando el abuelo falleció el verano pasado, pero también en las situaciones diarias, como los exámenes de matemáticas.

—Entonces, ¿no tenía que haber estudiado, después de todo? —preguntó Lucía con una sonrisa traviesa.

Mamá sonrió.

—Sabes que no me refería a eso. Todavía tienes que estudiar, y ya lo hiciste, así que ahora puedes confiar en Dios para el resultado. Eso no significa que las cosas siempre saldrán como esperas… tal vez repruebes el examen, aunque hayas estudiado. Pero, pase lo que pase, Dios siempre es fiel y estará ahí por nosotros. Podemos confiar en que el Señor nos ayudará y usará nuestros esfuerzos para hacer cosas buenas.

MARY ROSE PEARSON

CONFÍA EN DIOS PARA TODO

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 18:2 (RVC)

MI SEÑOR Y DIOS, TÚ ERES MI ROCA, MI DEFENSOR, ¡MI LIBERTADOR! TÚ ERES MI FUERZA Y MI ESCUDO, MI PODEROSA SALVACIÓN, MI ALTO REFUGIO. ¡EN TI CONFÍO!

¿Oras por tus preocupaciones en la vida? ¿Confías en que Dios te ayudará o te enfocas en tus propias habilidades o circunstancias? Dios te ama tanto que envió a Su Hijo a morir por ti, y se preocupa por todo lo que te afecta, sin importar cuán grande o pequeño parezca. Puedes confiar en que el Señor te ayudará con todos tus problemas, incluso si es de una forma que no te la esperas. Él es la Roca inconmovible. ¡Descansa en Jesús!

Clave de Hoy
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