Totalmente limpio
—¡Pastelillo! ¿Dónde estabas? ¡Estás mugroso! —le dijo Jenny a su cachorrito. Pastelillo estaba cubierto de lodo y púas. La niña lo cargó y lo llevó directamente a la bañera—. Es hora de limpiarte.
Jenny le puso mucho champú para perritos a Pastelillo y lo frotó y restregó. Después del baño, cepilló el pelaje del cachorro y quitó todas las púas.
—No lo vuelvas a hacer —le advirtió su dueña mientras abrazaba al animalito—. Mamá, mira todas las púas que saqué del pelo de Pastelillo. También estaba cubierto de lodo. ¡Vaya que sí estaba hecho un desastre!
—Pero ahora se ve muy limpio. Su pelaje está blanco como la nieve. Hiciste un buen trabajo al limpiarlo —su madre sonrió—. Pero creo que ahora tú eres la que necesita un baño.
Jenny miró su ropa mojada y rio.
—Sí, también lo creo.
Mamá estaba en la cocina, preparando el almuerzo, cuando Jenny entró después de su baño.
—Ahora me siento mejor. Cuando Pastelillo se ensucia, ¡también me ensucia a mí!
Mientras comían el almuerzo en el patio trasero, Jenny le hizo a su madre algunas preguntas sobre lo que había aprendido esa semana en la escuela dominical.
—La señora Núñez nos enseñó una lección bíblica sobre el pecado y la salvación, pero no entendí completamente todo lo que ella dijo —admitió la niña.
—Bueno —indicó mamá—, así como hoy Pastelillo necesitaba que limpiaras el lodo y las púas, nosotros necesitamos que nos limpien del pecado. Pastelillo no podía limpiarse a sí mismo, necesitaba que tú le des un baño y le quites las púas de su pelaje. ¿Qué hubiera pasado si no lo limpiabas?
—Seguiría sucio… ¡y miserable! —respondió Jenny—. Sentiría cómo todas esas púas le clavaban la piel.
Su madre asintió.
—Nuestro pecado hace lo mismo: trae dolor y tristeza al mundo, y nos separa de Dios. Eventualmente, nos lleva a la muerte eterna. Romanos 6:23 nos dice que: «la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro». Dios nos ofrece el regalo gratuito de la salvación a través de Su Hijo, Jesús, quien pagó el precio por nuestros pecados en la cruz. Cuando confiamos en Cristo como nuestro Salvador, Él quita nuestro pecado y nos deja totalmente limpios, para que podamos vivir con Él para siempre.
LISA FULLER
JESÚS NOS HACE LIMPIOS
VERSÍCULO CLAVE: JUAN 3:16 (NTV)
PUES DIOS AMÓ TANTO AL MUNDO QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, PARA QUE TODO EL QUE CREA EN ÉL NO SE PIERDA, SINO QUE TENGA VIDA ETERNA.
¿Sabes que Dios te ama tanto que envió a Su Hijo, Jesús, para morir en la cruz por tus pecados? Cuando admites que eres un pecador y confías en Jesús, Él perdona tus pecados y te limpia. ¡Es así de simple! Puedes recibir el regalo gratuito de la salvación y de la vida eterna hoy mismo. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).
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