Modelo a escala
Una noche, después de la cena, Alfonso ayudó a limpiar la mesa y luego la cubrió de periódicos viejos.
—Voy a trabajar en mi nuevo automóvil a escala —anunció. El niño sonrió al sacarlo de la caja—. ¡Miren todas esas piezas! ¡Y esos detalles son geniales!
Alfonso empezó a trabajar, pero no pasó mucho tiempo antes que fuera a buscar a su padre.
—Papá, ¿puedes ayudarme con mi modelo a escala? —preguntó.
Su padre levanto la mirada de su computadora.
—Claro, pero ¿puedes avanzar solo hasta que termine lo que estoy haciendo para el trabajo?
—Lo intentaré —respondió Alfonso. Pero cuando papá vino a ayudarlo un poco más tarde, no había avanzado casi nada.
—¿Cuál es el problema, hijo? —preguntó el padre.
Alfonso suspiró.
—No entiendo cómo se supone que todo debe encajar.
Papá tomó la hoja de instrucciones.
—A ver —dijo después de darle un vistazo—, vamos a descubrirlo juntos.
Padre e hijo se pusieron a trabajar y se ocuparon en leer las instrucciones, buscar piezas y armarlas unas con otras. Después de un rato, la madre de Alfonso les recordó que el niño tenía que hacer su tarea.
—Está bien. Y también tengo que aprender un versículo para el club de Biblia mañana —Alfonso suspiró—. Me gusta el club de Biblia, pero me toma mucho tiempo —el niño se volvió a su padre—. Gracias por ayudarme. Nunca hubiera llegado tan lejos sin ti. No entendía lo que decía esa hojita hasta que me explicaste.
Papá asintió.
—Entonces tratar de armar este modelo a escala sin mi ayuda sería similar a tratar de vivir la vida cristiana sin la ayuda de otros cristianos —declaró—. Eso es algo que debes recordar mientras te aprendes tu versículo. Tu maestro del club de Biblia, nuestro pastor y los maestros de la escuela dominical nos ayudan a entender el evangelio, las Buenas Nuevas de que Jesús murió y resucitó para salvarnos y darnos vida eterna; ellos nos enseñan cómo deberíamos vivir como hijos de Dios. Debemos acordarnos de dar gracias al Señor por ellos.
Alfonso pensó por un momento.
—Tienes razón —admitió—. Hay muchas cosas en la Biblia que no entiendo solo —el niño sonrió—. Además, tú y mi mamá también me ayudan.
DEAN KELLEY
DA GRACIAS A DIOS POR LOS MAESTROS CRISTIANOS
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 27:11
SEÑOR, ENSÉÑAME TU CAMINO.
¿Le das gracias a Dios por aquellos que te ayudan a entender Su Palabra, la Biblia? Él quiere que aprendas Sus caminos. Un método para aprender es que leas la Biblia por tu cuenta. Pero Dios también provee a hombres y mujeres piadosos que pueden ayudarte a entender pasajes que son difíciles para ti. Escúchalos, aprende de ellos y dale gracias a Dios por ellos. Deja que ellos te ayuden a descubrir lo que Dios te está diciendo.
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