El bromista maestro
A Logan le encantaba hacerle bromas a su hermana mayor, Natalia. Ese día se había metido a escondidas en su habitación mientras ella estaba en su entrenamiento de fútbol y puso todas las cosas al revés. Cuando su hermana regresó a casa, el niño se escondió en su habitación para esperar su reacción.
Después de varios minutos, su grito hizo eco en el pasillo.
—¡Logan!
El niño cayó en su cama, muerto de risa, cuando Natalia entró dando pisotones.
—¿Por qué me haces estas cosas? —demandó.
Logan se encogió de hombros.
—No es para tanto. ¡Es gracioso!
—¡Grrr! —Natalia cerró los puños.
En ese momento entró su madre.
—¿Qué está pasando?
—Logan volvió a hacerme una de sus bromas. ¡Estoy harta! ¡Mira cómo está mi habitación!
Mamá movió su cabeza de un lado al otro, en señal de desaprobación.
—A ver, Logan, vamos a arreglar esto.
El niño suspiró y siguió a su madre a la habitación de Natalia. ¿Por qué no podía aguantar una simple broma? Mamá observó por un momento, mientras Logan ponía en posición normal todas las pertenencias de Natalia. Esta vez no era gracioso. Ella se había enojado con toda razón… si estaba cansada después del entrenamiento, arreglar su habitación hubiera sido un proyecto muy agotador. Logan sintió un nudo en el estómago.
—Mamá… no he sido un buen hermano.
—¿Por qué no? —preguntó su madre.
Logan tragó en seco.
—Le hago bromas a Natalia todo el tiempo. Es gracioso y eso me hace sentir popular cuando cuento mis historias en la escuela. Pero antes Natalia y yo éramos amigos… pero ahora eché todo a perder.
—La amistad es poderosa —aseguró la madre—. Jesús les dijo a sus discípulos que el mejor tipo de amor es cuando damos nuestras vidas por nuestros amigos.
Logan abrió sus ojos, sorprendido.
—Por eso murió Jesús. Murió para que podamos vivir.
—Exactamente. Si queremos amar como Jesús, podemos renunciar a nuestros deseos por el bien de nuestros amigos.
Logan asintió. Sabía que tenía que renunciar a su deseo de hacerle bromas a Natalia, para poder amarla mejor. Cuando terminó de arreglar la habitación de su hermana, la buscó en la cocina.
—Natalia… lo lamento.
—¿En serio lo lamentas?
—Sí, y quiero que seamos amigos otra vez. ¿Qué piensas de eso?
Cuando una alegre sonrisa se dibujó en la cara de Natalia, Logan supo cuál sería su respuesta.
BECCA WIERWILLE
AMA A OTROS COMO JESÚS
VERSÍCULO CLAVE: JUAN 15:13 (NTV)
NO HAY UN AMOR MÁS GRANDE QUE EL DAR LA VIDA POR LOS AMIGOS.
¿Qué tan bien amas a las personas de tu vida? ¿Piensas en cómo tus acciones les afectarán? ¿O solo te enfocas en lo que tú quieres? Jesús dijo que el amor más grande es cuando damos nuestra vida por nuestros amigos. Él hizo eso por nosotros cuando murió en la cruz, y nosotros podemos demostrar el mismo tipo de amor a los demás, incluso de las maneras más pequeñas. ¿Hay algún deseo al que tengas que renunciar para poder amar mejor a tu familia y amigos?
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