Sabe lo que es mejor
—¡No, Gina! —las palabras de Celso asustaron a su hermanita, mientras él retiraba su mano de la lámpara.
La niña se puso a llorar y se liberó de la mano de su hermano.
—¿Qué está pasando? —preguntó su madre al entrar en la sala.
—Gina estaba tratando de tocar el foco. Supongo que no sabía que el bombillo es caliente y puede quemarla.
Mamá suspiró.
—Ahora está en una etapa en la que quiere tocar todo lo que ve. Me alegra que la hayas detenido antes que se hiciera daño.
Esa noche, la madre notó que Celso se veía cabizbajo.
—¿Qué pasó? —le preguntó.
—Mañana tengo clases de matemáticas, ¡pero la señora Flores es tan dura! Oré para que la señorita Costales fuera mi maestra de matemáticas este semestre… su clase siempre hace actividades divertidas y casi no manda tareas. Pero Dios no respondió mi oración, así que ahora estoy atrapado con la señora Flores.
Mamá se sentó junto a su hijo.
—¿Recuerdas cuando Gina trató de tocar la lámpara en la tarde?
—Sí, pero ¿qué tiene que ver eso con que Dios no haya respondido mi oración?
—Gina creyó que tocar el foco caliente de la lámpara sería una buena idea, pero tú sabías lo que era mejor —explicó su madre—. Quizá tu situación se parezca un poco a esta. A lo mejor Dios sabe que estar con la señora Flores es mejor para ti. Quizá Él quiera que ella te desafía y te ayude a desarrollar tu forma de pensar, para que crezcas como estudiante. ¿Has pensado en eso?
—Bueno… no —respondió Celso.
—Cuando Gina sea mayor y se dé cuenta de que sabes más que ella y que deseas lo mejor para tu hermana, aprenderá a confiar más en ti —aseguró mamá—. Debemos aprender a confiar en Dios en todo, aun cuando no responda la oración como quisiéramos. Tenemos que recordar que Jesús nos ama tanto que murió por nosotros y promete que estará con nosotros en medio de las dificultades de la vida y las usará para lo bueno.
—Supongo que tienes razón —admitió Celso—. Quiero orar y pedirle a Dios que… —el niño se detuvo—. Iba a decir que quería orar para que la clase de la señora Flores no sea tan difícil, pero en realidad debería orar para que Jesús me ayude a recordar que Él me ama y estará conmigo, pase lo que pase.
Mamá sonrió y abrazó a Celso. Y ambos inclinaron sus cabezas para orar.
ELIZABETH ADLER
DIOS ES DIGNO DE CONFIANZA
VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 8:28 (NVI)
SABEMOS QUE DIOS DISPONE TODAS LAS COSAS PARA EL BIEN DE QUIENES LO AMAN, LOS QUE HAN SIDO LLAMADOS DE ACUERDO CON SU PROPÓSITO.
¿Confías en que Dios responderá tus oraciones como Él sabe que es mejor? Puede ser difícil cuando Él no contesta tu oración como lo esperas, pero tienes que saber que Dios te ama y te escucha cuando oras. Cuéntale cómo te sientes y pídele que te ayude con tus problemas. Aun si no te sales con la tuya, confía en que Dios estará contigo en cualquier situación y la usará para el bien.
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