Leer o no leer

Silvia cerró la puerta de su habitación y lanzó su mochila en la cama.  Vio a su gato, Tommy, en el piso.  “Aléjate de las cortinas, Tommy”, le advirtió.  “Ya sabes que siempre te quedas atascado en ellas”.

Silvia saltó en su cama y abrió su mochila.  Después de escarbar por un rato, sacó un libro.  “¿Qué te parece, Tommy?”, preguntó.  “¿Crees que deba?”

Tommy no respondió.  Tenía la mirada fija en la cortina de encajes que bailaba con la brisa que entraba por la ventana.

Silvia se inclinó y tiró el libro en la cama, junto a ella.  “Sí que mamá no quiere que lea este tipo de libros, pero todas mis amigas los leen.  No pueden ser tan malos, ¿o sí?”  Ella tomó el libro nuevamente.  La portada se veía interesante.  Lo volteó y leyó la contraportada por décima vez.  Unas poquitas páginas no le harían daño a nadie.

Silvia abrió el libro y en poco rato había leído varias páginas.  Entonces, un movimiento repentino la hizo saltar.  Aliviada, se dio cuenta de que solo era Tommy, que se había aventado a la cortina.  Sus garras quedaron atrapadas en la tela y quedó colgado, estirado cuan largo era.  No tenía modo de zafarse.

“Gato bobo, ¡deja en paz la cortina!”  Silvia lo liberó y él marchó al otro lado de la habitación y se acostó, dándole la espalda a la cortina.

Silvia regresó a su libro.  Ella sabía que no podía seguir leyendo, pero en poco tiempo, se quedó absorta en la lectura.  Había terminado el primer capítulo cuando un ruido captó su atención.

Levantó la mirada y no podía creer lo que veía.  Tommy estaba colgado nuevamente de la cortina.  La tentación era demasiado grande.  Silvia se echó a reír.

“Tommy, ya deberías saber que no debes hacerlo, después de todas esas veces que has quedado atrapado.  ¡Resiste a la tentación!  Deberías…”

Silvia se detuvo, miró a Tommy y luego puso los ojos en el libro que tenía en su mano.  La vergüenza la inundó.  Soltó el libro como si estuviera quemando.

La niña zafó a Tommy de la cortina otra vez, luego recogió el libro y lo puso en su mochila.  “Voy a devolver este libro y a pedirle perdón a Jesús por desobedecer a mamá”, le dijo a su gato.  “¡No quiero quedar atrapada, como tú!”CHRISTA LONG

RESISTE LA TENTACIÓN

VERSÍCULO CLAVE: SANTIAGO 1:12

BIENAVENTURADO EL HOMBRE QUE PERSEVERA BAJO LA PRUEBA…, RECIBIRÁ LA CORONA DE LA VIDA QUE EL SEÑOR HA PROMETIDO A LOS QUE LO AMAN.

¿Alguna vez has caído en la tentación para luego lamentarlo?  Quizá leíste algo que no debiste haber leído, o viste fotografías malas.  Cuando caes en tentación, es fácil que quedes atrapado.  Pero hay buenas noticias: Jesús nos da el poder de resistir a la tentación.  Confiesa las ofensas que has cometido contra Él, y Él te perdonará y te ayudará a obedecer.

Clave de Hoy
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