Un árbol fuerte
Benjamín miraba boquiabierto al enorme fresno de montaña. Echó su cabeza para atrás para poder ver hacia arriba, más arriba, hasta la copa. Él y su padre habían planeado una excursión al exuberante bosque templado de Tasmania para observar este megalito.
“El Centurión es el árbol más alto de Australia”, le contó papá. “Mide 100 metros y es uno de los árboles más grandes del mundo. Solo unas pocas secuoyas son más altas”.
“¿Es tan alto como un rascacielos?”, preguntó Benjamín, asombrado.
“No, pero sí es más grande que el Big Ben, la torre del reloj en Londres, y que la Estatua de la Libertad en Nueva York”.
“¿Cómo puede permanecer en pie?”, preguntó el niño, sin dejar de mirar embobado hacia arriba.
“Observa su base”, le indicó su padre. “Ese enorme sistema de raíces alcanza a las profundidades de la tierra y mantiene al árbol en su sitio”.
Después de rodear el tronco tres veces, estirándose para ver cuánto alcanzaban a cubrir con sus brazos, y de tomar varias fotografías, el padre de Benjamín guio el camino para salir del bosque. “¿Sabes? Centurión me recuerda al pasaje en Salmos que dice que una persona justa es como un árbol”.
Benjamín rio. “¿Le crecerán hojas en vez de cabello?”
Papá sonrió. “Me parece que significa que alguien que tiene sus raíces en Jesús podrá permanecer firme en su fe”. El padre hizo señas hacia el fresno de montaña. “¿Puedes imaginarte lo que se necesitaría para empujar ese árbol?”
“¡Sería imposible!”, exclamó Benjamín.
“Cuando confiamos en Jesús, Él nos ayudará a hacer lo correcto, incluso cuando las personas que nos rodean hagan cosas malas”.
“Como el otro día, cuando los otros niños molestaban a Guillermo Paredes porque es tartamudo, ¿verdad?”
Su padre frunció el ceño. “¿Tú molestas a Guillermo?”
“No”.
“¿Lo defiendes?”
Benjamín vaciló y luego negó con la cabeza.
“Puede ser difícil”, aseguró papá. “Amar a otros y hacer lo correcto con frecuencia nos hace sobresalir. Pero cuando estamos enraizados en Jesús y dependemos de Él para que nos ayude a obedecer, la Biblia dice que floreceremos, así como el árbol Centurión”.
Benjamín pensó en esto durante todo el camino de regreso a casa. Cuando entraron al estacionamiento, el niño recogió una hoja de fresno de montaña y se la guardó en el bolsillo.
“¿Para qué quieres esa hoja?”, le preguntó su padre.
“Es solo un recordatorio, para la próxima vez que mis amigos molesten a Guillermo”. — MICHELLE ISENHOFF
DEFIENDE CON FIRMEZA LO QUE ES CORRECTO
VERSÍCULO CLAVE SALMO 1:1-2 (NVI)
DICHOSO EL HOMBRE QUE NO SIGUE EL CONSEJO DE LOS MALVADOS… SINO QUE EN LA LEY DEL SEÑOR SE DELEITA, Y DÍA Y NOCHE MEDITA EN ELLA.
¿Te viene a la mente alguna vez en que elegiste hacer lo correcto cuando los demás se iban por lo incorrecto? ¿Te molestaron por hacerlo? A veces puede ser difícil, pero cuando tienes tus raíces en Jesús, siempre puedes elegir hacer lo que es correcto. Con la fuerza de Dios, puedes crecer hasta llegar a ser como ese árbol imponente que permanece firme en Su bondad y amor.
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