El gozo del trabajo (Parte 1)
“¡Me voy de aquí!” Miqueas arrojó un viejo trapo de limpieza en el tacho de basura y entró corriendo a la casa. Calvin miró su media parte del garaje y luego a la otra parte que Miqueas había tenido la responsabilidad de limpiar. ¡Qué diferencia! Calvin sabía que Miqueas había trabajado mucho más duro que él. Ahora Miqueas había terminado y podía irse al partido de fútbol. Calvin frunció el ceño. ¡Odiaba limpiar el garaje!
Para cuando Calvin terminó, el partido tenía una hora de haber empezado. “¡Estoy harto!”, le expresó a su mamá al entrar en la casa. “Por favor, ¿me llevarías a la escuela para poder ver el resto del partido?”
“No, Calvin”, respondió la mamá. “Debiste haber estado listo cuando llevé a Miqueas. Ahora tengo que cocinar la cena”.
Calvin suspiró. “¿Qué estás cocinando?”, le preguntó a su mamá.
“Lasaña y papas con ajo y limón”, respondió la madre.
“¡Qué rico!” Calvin sonrió al pensar en su bocado de lasaña. “Tú cocinas la mejor comida del mundo”, exclamó. “Debe ser que te encanta cocinar”.
Mamá levantó la vista de la salsa que estaba mezclando y se encogió de hombros. “En realidad, no”, indicó. “A veces puede ser una tarea difícil y caótica. Pero lo hago porque quiero proveerles a ti, a Miqueas y a papá alimentos buenos y saludables que puedan disfrutar”.
Calvin quedó sorprendido. “¡Sin duda, yo no haría todo ese trabajo si no tuviera que hacerlo!”
“Calvin”, dijo la mamá, “¿sabías que el trabajo es parte del plan amoroso de Dios para nosotros?”
“No”, balbuceó Calvin. “Más bien, yo creía que era una forma en que Dios nos castigaba”.
La mamá indicó que no son su cabeza. “El trabajo es algo bueno. Lo primero que Dios hizo después de haber creado a Adán y Eva fue darles trabajo para hacer. Lo que hizo la maldición del pecado fue hacer que ese trabajo se volviera difícil, pero eso no significa que no podamos hallar gozo y satisfacción en nuestro trabajo. Es para eso que Dios nos creó y Él usa el trabajo de los que le aman para Su gloria, incluso las tareas diarias que no parecen muy importantes”.
“¿De veras?” Calvin dibujó una sonrisa. “Supongo que el trabajo no es tan malo, después de todo”.
“Me alegra oírte esas palabras”, replicó mamá mientras le pasaba un tazón. “¡Porque en verdad no me caería mal un poco de ayuda para pelar papas!”– AGNES LIVEZEY
EL TRABAJO PRODUCE GOZO
VERSÍCULO CLAVE: COLOSENSES 3:23
TODO LO QUE HAGAN, HÁGANLO DE CORAZÓN, COMO PARA EL SEÑOR Y NO PARA LOS HOMBRES.
¿Acaso no te gusta el trabajo? ¿Te quejas por tener que trabajar o lo evitas? Esa no es la actitud que Dios quiere que tengas sobre el trabajo. Él nos creó para trabajar y los cristianos lo servimos en todo lo que hacemos, incluso en lo que nos parece aburrido o insignificante. Puedes encontrar gozo y satisfacción en tu trabajo, si lo haces para el Señor y confías en que Él lo usará para Su gloria.
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