El acoso (Parte 2)
Cristina se quedó congelada en el pasillo cuando Melania se le acercó. “Hola, amiga. Lamento mucho todo lo que te dije y todo lo que hice. ¿Quieres venir a mi casa después de la escuela?”
La boca de Cristina se sentía como algodón. No quería decir que no porque tenía miedo de lo que Melania podría hacerle, pero después de su acoso, no en realidad no quería ir a su casa otra vez. Recordó lo que su papá le había dicho que hiciera si Melania la hacía sentir incómoda. “Jesús”, oró, “por favor, ayúdame a ser amable, pero también a ser valiente y a hablar la verdad”. “Gracias por la invitación, amiga, pero no, gracias. Si quieres, puedes sentarte conmigo y con Graciela en el recreo”. Cristina le ofreció una pequeña sonrisa. Los ojos de Melania se entrecerraron y, por un momento, Cristina tuvo miedo de que esta dijera algo grosero, pero entonces se dio vuelta y se alejó.
De camino a casa, después de la escuela, Cristina le contó a su padre sobre la conversación. “La señorita Margarita, que es consejera de la escuela, me ha estado ayudando a practicar cómo decir que no y a decir lo que realmente estoy pensando. ¡Me alegra, porque sin duda es lo que usé hoy!”
“Estoy orgulloso de ti por poner límites en lo que respecta a no estar sola con Melania hasta que puedas volver a confiar en ella. También me siento orgulloso porque fuiste amable hasta el punto de invitarla a que se sentara contigo y con tu amiga en el recreo”.
“Gracias, papá”. Cristina sonrió. “He tenido mucho miedo de Melania estos últimos meses, pero Jesús me está ayudando a recordar que debo enfocarme en Él y que Él está conmigo, en lugar de concentrarme solo en mi temor”.
“¿Es por eso que pegaste ese versículo en el espejo del baño?”, preguntó el padre.
“¡Sí! Proverbios 29:25 dice: ‘Temer a la gente es una trampa peligrosa, pero confiar en el Señor significa seguridad’”.
“¡Me alegra que estés guardando la Palabra de Dios en tu corazón!”, exclamó papá mientras estacionaba el automóvil en el garaje. “Bueno, ¿qué te parece si celebramos con un helado y después te pones a limpiar tu habitación? Ha estado un poquito descuidada últimamente por todo lo que está pasando”.
“No, papá”, indicó Cristina con firmeza.
“¿Disculpa?” Su padre levantó las cejas.
“¡Estoy bromeando, papá!” La niña rio. “Te dije que estoy mejorando en el arte decir que no”. — SAVANNAH COLEMAN
JESÚS ES MÁS GRANDE QUE NUESTROS TEMORES
VERSÍCULO CLAVE: 1 CORINTIOS 16:13 (NTV)
ESTÉN ALERTA. PERMANEZCAN FIRMES EN LA FE. SEAN VALIENTES. SEAN FUERTES.
¿Alguna vez te ha costado poner límites con amigos o con otras personas? A pesar de que es importante que seas amable y perdones, no digas que sí a ninguna cosa con la que no te sientas cómodo, especialmente si te hace daño o si sabes que está mal. Pide la ayuda de un adulto de confianza si te cuesta decir que no, y confía en que Jesús te ayudará a ser amable, veraz y valiente.
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