Tiempo de entrenamiento
Max estaba pasando por la puerta de la cocina cuando escuchó la voz de su hermanito pequeño. “Papá, por favor, ¿puedes comprarme esos zapatos? Son como los que usa Michael Jordan”.
Max sonrió y entró en la cocina. “¿Crees que, como Michael Jordan es una estrella del baloncesto, esos zapatos automáticamente te convertirán el un jugador extraordinario?”
Julián se encogió de hombros. “A lo mejor ayudan”, contestó, y Max se rio.
“Max”, le dijo su papá, “en lugar de estar molestando a tu hermano, tal vez puedas ayudarle a entender que el esfuerzo, no un par de zapatos caros, le ayudará a ser un buen jugador de baloncesto”.
Max asintió. “Papá tiene razón, Julián. Si entrenas todos los días, vas a mejorar cada vez más, sin importar qué zapatos te pongas”.
Julián se veía un poco decepcionado. “Supongo que, entonces, me toca comenzar a entrenar”, dijo con un suspiro mientras se dirigía a la puerta.
Max sonrió a su papá. “Estaba por ir al estudio bíblico para jóvenes en la iglesia, pero quizá sea mejor que me quede para ayudar a Julián con su baloncesto”.
El papá señaló la Biblia de Max, que estaba sobre el mesón de la cocina. “La abuela dio a cada uno de ustedes una nueva Biblia por Navidad, ¿no es cierto?”, preguntó. “¿Esa es?”
Max hizo un gesto afirmativo. “Sí. Tiene mi nombre en la tapa. ¿No te parece genial?” El niño pasó suavemente su mano sobre el nombre tallado.
Papá se puso pensativo. “Los zapatos caros y las Biblias nuevas son geniales, pero el hecho de tenerlos no te convierte en un buen jugador ni te ayudan a crecer espiritualmente, ¿no es así?”
Pasaron algunos segundos antes de que Max se diera cuenta a lo que su papá se refería. “Julián necesita practicar para ser un mejor jugador de baloncesto”, dijo lentamente, “y yo necesito aprender de Dios al pasar tiempo en Su Palabra”.
“Correcto”, exclamó papá. “Y una excelente manera de hacerlo es estudiando la Biblia con otros creyentes. Después de todo, no puedes aprender a jugar baloncesto por tu cuenta, ¿verdad? Debes practicar y aprender de un entrenador, como equipo. Aprender a caminar con Jesús, junto con otros cristianos, es un modo importante en que Él nos muestra quién es. Esa es la razón porque la iglesia y los estudios bíblicos son tan importantes”.
“Está bien, papá”, dijo Max. “Iré al estudio bíblico. ¡No quiero faltar al entrenamiento con mi equipo espiritual!”
“Muy bien”, afirmó el papá. “¡Estoy seguro de que el entrenador lo apreciará!”– A.J. SCHUT
APRENDE CON OTROS CRISTIANOS
VERSÍCULO CLAVE: HECHOS 2:42
Y SE DEDICABAN CONTINUAMENTE A LAS ENSEÑANZAS DE LOS APÓSTOLES, A LA COMUNIÓN, AL PARTIMIENTO DEL PAN Y A LA ORACIÓN.
¿Quieres conocer a Jesús más y más cada día? Para mejorar en los deportes, debes aprender las reglas del juego y pasar tiempo entrenando. Para profundizar tu relación con Dios, debes aprender sobre quién es Él, y una buena manera de hacerlo es pasando tiempo en Su Palabra, tanto a solas como con otros creyentes. Invierte tiempo para estudiar la Palabra de Dios con tu equipo, para que aprendas cómo caminar con tu entrenador, ¡Jesús!
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