El que pide prestado y se olvida
“¿Dónde está el libro que te presté la semana pasada?”, le preguntó Alberto a su hermana.
“Lo puse en tu escritorio”, contestó Macarena. “Te mostraré”. La niña siguió a su hermano hasta su habitación. “¡Guau!”, exclamó. “¡Alerten a la Guardia Nacional! ¡Esta es un área de desastre!” Macarena apuntó el escritorio de Alberto. “Dejé el libro aquí, pero tienes tantas cosas amontonadas que quién sabe dónde estará ahora”.
“¡Búscalo!”, insistió Alberto. “Lo necesito para llevarlo a clases mañana”.
Macarena suspiró y comenzó a rebuscar en las cosas de su hermano. En eso encontró un libro de historietas. “¿Es tuyo?”
Alberto negó con la cabeza. “No, es de Toño. Siempre me olvido de devolverlo”.
Macarena rebuscó un poco más. “¿Y este videojuego? ¿Cuándo lo compraste?”
“Oh, ese es de Marcos”, respondió su hermano. “Me lo prestó hace un tiempo”.
“¡Oye!”, señaló Macarena. “¡Esta es la pluma que me pediste prestada! ¡Me dijiste que la habías perdido!” La niña frunció el ceño. “La mitad de las cosas que hay aquí son prestadas, ¡y ya sabes lo que dice la Biblia sobre pedir prestado y no devolver las cosas!”
“¿Yo sé?”, preguntó Alberto. “¿Qué dice?”
“La Biblia dice que los impíos piden prestadas las cosas y no las devuelven”, explicó Macarena. “Lo leí el otro día”.
“¡Mamá! ¡Macarena acaba de decirme impío!”, acusó Alberto con su madre, quien había llegado a ver qué estaba sucediendo. “Haz que me pida perdón”.
“Bueno, pedir cosas prestadas y no devolverlas está mal”, contestó la madre.
“Pero voy a devolverlo todo”, aseguró Alberto. “Es solo que siempre me olvido”.
“O pierdes las cosas”, indicó Macarena, sosteniendo en alto su pluma. Luego recogió algo más. “Y aquí está tu libro. Te dije que te lo había devuelto”.
“Todos podemos olvidar o perder cosas de vez en cuando”, afirmó mamá. “Pero es importante que recordemos que no somos amables cuando pedimos cosas prestadas sin la intención de devolverlas. Es por eso que la Biblia utiliza la palabra impío, porque demuestra una actitud egoísta hacia otros. Pero, Alberto, tú no eres impío porque Jesús te ha dado un nuevo corazón que ama. Recuérdalo cuando pidas prestadas cosas de otras personas”.
Alberto miró a su alrededor. “Creo que será mejor que separe todas las cosas que he pedido prestadas”, expresó. “¡Muchos de mis amigos deben estar extrañando sus cosas!” — BARBARA J. WESTBERG
DEVUELVE LO QUE PEDISTE PRESTADO
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 37:21
EL IMPÍO PIDE PRESTADO Y NO PAGA, PERO EL JUSTO ES COMPASIVO Y DA.
¿Te has olvidado de devolver algo que pediste prestado? Probablemente tenías la intención de devolverlo, pero al final no sucedió. Sin embargo, la Biblia dice que pedir cosas prestadas y no devolverlas está mal. Todos nos olvidamos o perdemos las cosas a veces, pero crea el hábito de tener un registro de lo que pides prestado, para devolverlo. Demuestra una actitud amorosa hacia otros cuando pides prestadas sus cosas.
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