La vida del pirata
A Carlitos le encantaban las historias de piratas. El librero de su habitación estaba lleno de cuentos de invasiones piratas en altamar. El niño se vistió de capitán pirata para la fiesta de disfraces de su escuela y tenía un loro llamado Barbanegra, al que había entrenado para decir: “¡Échenlo por la borda! ¡Échenlo por la borda!”
En el verano, Carlitos hizo un carro alegórico de piratas en el desfile de la comunidad. Estaba decorado como un barco pirata que ondeaba la bandera con el cráneo y los huesos cruzados. Durante toda la ruta, la gente daba gritos de emoción y tomaba fotografías de Carlitos gruñendo con un parche y su sombrero triangular. El niño usaba el sombrero para recoger dinero de la multitud que sería donado al hospital infantil.
“Papá, ¿por qué son tan populares los piratas?”, preguntó Carlitos, dando una lamida a su helado de chocolate. La heladería al final de la ruta del desfile estaba lleno de bulla por tanta gente que hacía fila y charlaba mientras esperaba su refrescante refrigerio.
“A la gente le atrae la aventura y la emoción de la vida de los piratas: las fieras batallas y los tesoros escondidos”, explicó su padre, que prefería el helado de frambuesa. “Lo que no nos ponemos a pensar es en cuántas vidas se arruinaron o se perdieron durante el saqueo”.
“¿Qué es saqueo?”, preguntó Carlitos.
“Es cuando se roba las propiedades por la fuerza. Miles de vidas y millones de dólares se perdieron en manos de piratas ladrones, sedientos de sangre. La vida de un pirata parece emocionante, pero causó muerte y destrucción”.
Carlitos limpió su boca con la servilleta. “Pero es divertido jugar a ser pirata para levantar fondos y así ayudar a los niños enfermos”.
El papá apretó cariñosamente el hombro de su hijo. ‘Para mí, eres como un pirata al revés. Recoges dinero que otros dan voluntariamente y lo usas para hacer el bien a los que lo necesitan”.
“Como el apóstol Pablo, en la Biblia”, afirmó Carlitos. “Antes de confiar en Jesús, golpeaba a los cristianos y los arrojaba en la cárcel”.
“Tienes razón”, dijo su padre. “Después de poner su confianza en Jesús, Pablo ayudó a la iglesia y los animó para que se amaran unos a otros. Jesús cambió su corazón y dio un giro a su vida, así como lo hace con todos los que confiamos en Él”. Papá sonrió a Carlitos. “¿Quieres más helado?”
El niño gruñó juguetonamente. “¡Grrr! ¡Puedes poner el dinero para ese helado extra aquí en mi sombrero, Barbanegra!” – CLINT KELLY
JESÚS CAMBIA VIDAS
VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 5:8 (NVI)
CUANDO TODAVÍA ÉRAMOS PECADORES, CRISTO MURIÓ POR NOSOTROS.
¿Estás viviendo como un pirata? Está bien que te disfraces de pirata por diversión, pero vivir como ellos, haciendo daño a los demás por egoísmo, no sería bueno. Sin embargo, la Biblia dice que así vivimos todos: todos somos pecadores que se dirigen a la muerte y la destrucción. Pero Jesús murió para cambiar nuestro destino. Cuando ponemos nuestra confianza en Jesús, Él nos da una nueva vida llena de Su amor y bondad. (Haz clic aquí para que conozcas acerca de las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).
Leave a Reply
Want to join the discussion?Feel free to contribute!