Vamos a rodar

“¿Otra vez no pudiste batear la pelota?”, preguntó papá.

Jairo se abrochó su cinturón de seguridad.  “No.  Es nuevamente Adrián”.

“¿El niño que usa una silla de ruedas?”  El padre sonrió.  “Es gracioso”.

“¡Papá!  ¿Se puede decir algo así de alguien que no puede caminar?”

“¿Por qué no?  Él se pone una camiseta que dice: ‘Yo ruedo en una silla’”.  El padre puso el automóvil en reversa.  “Debe tener un excelente sentido del humor”.

“Pero no sé por qué quiere jugar con nosotros”.  Jairo metió sus zapatos sucios en su bolso.  “¿No tienen olimpiadas especiales para los niños como él?  Él podría jugar con los niños de su clase”.

Papá puso la primera marcha en el vehículo.  “Saca la Biblia de la guantera, Jairo.  Quiero mostrarte algo”.

El niño suspiró.  “No tienes que leerme versículos de la Biblia que hablen de ser amables.  Yo no me porto mal con Adrián”.

“Solo ábrela en 2 Samuel 9”.  El padre esperó que Jairo leyera el pasaje.  “¿Y bien?”

“Ya entiendo”, señaló Jairo.  “El rey David pregunta si queda alguien de la familia de su amigo Jonatán y se entera de que Jonatán tenía un hijo llamado Mefiboset, que era lisiado.  Así que David lo busca y le dice: ‘No temas, porque ciertamente te mostraré bondad… y tú comerás siempre a mi mesa’”.

“El rey David no ignoró a Mefiboset ni hizo que se sentara en una mesa aparte para personas con discapacidad”, comentó papá.  “David lo incluyó.  Esa historia es una imagen de lo que Jesús hace por nosotros.  Él murió para que podamos ser incluidos en Su mesa, a pesar de que somos pecadores.  Y Él desea que incluyamos a otros”.

Jairo retorció sus cejas como siempre hacía al pensar.  “Pero ¿cómo podemos incluir a Adrián?  Uno tiene que correr para el béisbol, y él no puede correr”.

“Ese es el dilema que debes resolver”.

Al día siguiente, en la cancha de béisbol, Jairo asignó las posiciones para los jugadores de su equipo.

“¿Quién hará de lanzador?”, preguntó uno de los niños.

Alguien atrapó la atención de Jairo: Adrián.

“Esperen”.  Jairo corrió hacia el lugar donde Adrián estaba sentado.  “¿Puedes ser el lanzador?  Solo tienes que lanzar la pelota y hacerla rodar por el aire”.

El rostro de Adrián se iluminó y dio golpecitos a su silla.  “Soy un experto para rodar.  ¡Me encantaría ser el lanzador!”  – HOLLAND WEBB

INCLUYE A TODOS LOS QUE PUEDAS

VERSÍCULO CLAVE: LUCAS 14:13-14

ANTES BIEN, CUANDO OFREZCAS UN BANQUETE, LLAMA A POBRES, MANCOS, COJOS, CIEGOS, Y SERÁS BIENAVENTURADO.

¿Incluyes a todos los que puedas en los juegos y otras actividades?  ¿Incluso si se requiere un esfuerzo extra para incluir a alguien con necesidades especiales?  Todos tenemos la necesidad de Jesús.  Si Él no hubiera muerto por nosotros, jamás podríamos ser incluidos en Su recompensa en el cielo.  ¿Cómo puedes mostrar a otros la bondad de Dios al incluirlos?

Clave de Hoy
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