Para avanzar en la carrera

—¡Adivina! —exclamó Agustín mientras hojeaba la nueva revista para corredores que acababa de llegar por correo.  Él y su padre se habían inscrito para correr juntos su primera carrera de 5K en el festival de primavera de su ciudad.

—Dime —dijo el padre con curiosidad.

—¿Sabías que, cuando corramos, debemos usar ropa y zapatos ligeros?  Y no es bueno llevar llaves ni billeteras en tus bolsillos.  Ese peso extra te quita velocidad.  Incluso las gafas de sol para corredores las hacen más livianas que las normales.

—Sé que los atletas en otros deportes hacen cosas parecidas para ser más rápidos en una carrera —afirmó papá—.  ¿Recuerdas cuando tu tío Pepe compitió en una carrera de bicicletas el año pasado?  Él se aseguró de que los manubrios y el asiento de su bicicleta fueran ligeros.  Me dijo que las bicis de los competidores serios las armaban con tornillos más livianos y sin pintura, para que pesaran menos.

Esa noche, durante el devocional familiar, la hermana de Agustín, Juanita, leía un versículo de la Biblia sobre cómo los cristianos deben avanzar en la carrera de la vida:

— Quitemos de nuestra vida cualquier cosa que nos impida avanzar, especialmente el pecado que nos hace caer tan fácilmente —la niña terminó de leer.

—¡De eso hablábamos hoy con papá! —exclamó Agustín—.  No queremos llevar ni cargar ningún peso extra cuando vayamos a correr en nuestra carrera, ¿verdad, papá?

—Correcto —indicó el padre—.  ¿Qué cosas nos impiden seguir avanzando en la carrera cristiana?

—¿Tal vez cosas como decir mentiras o ser crueles con los demás? —respondió Agustín.

—Sí, es cierto, hijo —expresó su madre—.  Esos son pecados que evitan que demostremos el amor de Dios a los demás y que los ayudemos a conocer quién es Él.  Cuando hacemos ese tipo de cosas, debemos confesarlas a Jesús, para que nos perdone.  Él nos ayuda a dejar atrás los pecados y los malos hábitos de nuestras vidas que nos impiden correr con rapidez mientras avanzamos en la carrera de la vida para el Señor.

Agustín sonrió a su padre.

—Vamos a tener una buena carrera, papá… en el festival, ¡pero también nuestra carrera por Jesús!

Su padre asintió y chocó la palma de su mano con la de Agustín.

RUTH HOCHSTETLER

AVANZA SIN DETENERTE EN LA BUENA CARRERA

VERSÍCULO CLAVE: HEBREOS 12:1 (PDT)

CORRAMOS SIN FALLAR LA CARRERA QUE TENEMOS POR DELANTE. QUITEMOS DE NUESTRA VIDA CUALQUIER COSA QUE NOS IMPIDA AVANZAR, ESPECIALMENTE EL PECADO QUE NOS HACE CAER TAN FÁCILMENTE.

¿Estás quitando de tu vida las cosas que te impiden avanzar en la carrera que corres por Jesús?  A lo mejor haya un pecado en tu vida, como la mentira o el resentimiento, que te pesa y evita que avances.  Cuando confesamos nuestras ofensas a Jesús, Él nos perdona y levanta el peso de nuestras vidas.  Entonces podemos seguir corriendo una buena carrera para el Señor, al amar a los demás y haciendo lo que es correcto.

Clave de Hoy
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