Nueva piel

“¡Abuelita!  ¡Abuelito!”, gritaron Romina y Vinicio mientras corrían hacia la puerta para saludar a sus abuelos, que acababan de estacionarse frente a la casa.

La abuela abrazó a cada uno de sus nietos.  “¡Los echamos de menos cuando estuvieron de vacaciones!”, expresó.  “¿Cómo les fue en el viaje?”

“Nos fue muy bien”, contó Vinicio.  “Vengan a ver lo que trajimos”.  Él y Romina guiaron a sus abuelos a la sala.  “Miren”, indicó el niño, apuntando un tazón de vidrio que estaba cubierto y lleno de plantas verdes.

El abuelo se acercó para observar mejor.  “Qué lindas plantas”, opinó.

Romina rio.  “Mira otra vez, abuelo”, señaló.  “Mira, justo ahí”.  La niña le hizo notar una pequeña rama que descansaba al fondo del tazón.

El anciano vio detenidamente la rama.  “Oh, ya lo veo”, aseguró.  “Es un camaleón, ¿verdad?”

“Parece una hojita”, comentó la abuela con asombro.

Romina sonrió.  “Mi maestra en la escuela dice que los camaleones tienen uniformes de camuflaje para mezclarse con su entorno.  Eso les ayuda a protegerse de los depredadores”.

“¿Sabes qué más aprendimos sobre los camaleones?”, preguntó Vinicio.  “Su piel no crece con sus cuerpos.  Cuando están demasiado grandes para su piel, comienzan a pelarse.  Se deshacen de la vieja y pronto tendrán una nueva piel”.

“Es como lo que tenemos que hacer como cristianos, ¿no creen?”, observó el abuelo.

Romina y Vinicio lo miraron fijamente.  “¿Cómo puede una persona hacer eso, abuelito?”, preguntó el niño.

El anciano rio.  “Creo que estaba pensando en voz alta”, declaró.  “Los camaleones mudan su piel cuando se vuelven demasiado grandes para ella, así como nosotros debemos quitarnos nuestros hábitos pecaminosos.  Las cosas como mentiras, trampas y chismes ya no nos quedan porque Jesús nos ha salvado del pecado y nos ha dado nueva vida.  Del mismo modo que un camaleón se pone una nueva piel, nosotros debemos ponernos características nuevas y piadosas que encajen con lo que somos como hijos de Dios, cosas como la bondad, la paciencia y la humildad”. 

“Es verdad, sí se parece a lo que hace el camaleón”, afirmó Romina.

El abuelo asintió.  “La Biblia nos dice que nos quitemos el hombre viejo y nos pongamos el hombre nuevo, es decir, que seamos la persona que Dios tenía en mente cuando nos creó”.  —  LUCINDA J. ROLLINGS

MUDA TUS VIEJOS HÁBITOS PECAMINOSOS

VERSÍCULO CLAVE: COLOSENSES 3:9-10 (NVI)

AHORA QUE SE HAN QUITADO EL ROPAJE DE LA VIEJA NATURALEZA CON SUS VICIOS, Y SE HAN PUESTO EL DE LA NUEVA NATURALEZA, QUE SE VA RENOVANDO EN CONOCIMIENTO A IMAGEN DE SU CREADOR.

¿Te ha dado Jesús una nueva vida?  Sin confías en Cristo como tu Salvador, ¡Él te ha hecho una nueva persona!  Eso significa que tus viejas costumbres pecaminosas ya no te quedan, porque Jesús te ha hecho libre del pecado y te ha dado Su bondad.  Es hora de mudar esos viejos hábitos pecaminosos para que los demás puedan ver la nueva persona en que Dios te ha convertido: alguien lleno de Su bondad y de Su amor.

¡FELIZ AÑO NUEVO!

¿CÓMO PUEDES MUDAR LOS VIEJOS HÁBITOS Y PONERTE TU NUEVA NATURALEZA ESTE AÑO?

Clave de Hoy
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