Mamá se toma un descanso
—Estoy harta —mamá se secó las lágrimas y se alejó de la mesa—. Necesito un descanso.
Romina no recordaba cuándo fue la última vez que había visto llorar a su madre, ¿y esta vez era por una máquina de coser? Ella miró la tela que se supone que iba a convertirse en un disfraz para la obra de teatro de su escuela.
—¿No lo vas a terminar?
—En este momento, no —mamá fue al refrigerador y sacó una botella de agua—. Me voy afuera.
Romina observó a su madre cuando ella salió al patio. Se quedó apoyada en la baranda, bebiendo a sorbos su agua y mirando fijamente el jardín. La niña se acercó a la puerta. Después de unos momentos, su madre puso el agua en la mesa del patio y estiró los brazos. Sus labios se movían, como si estuviera hablando sola.
Mamá se dio cuenta de que Romina la estaba mirando y la niña dio un paso hacia atrás. No había querido que su madre se diera cuenta de que la estaba observando. Mamá le hizo señas para que saliera con ella.
—Es un día muy lindo —comentó la madre cuando Romina salió al patio. Su cara se miraba muy diferente a cómo se veía cuando estaba frente a la máquina de coser. Casi se veía feliz.
Romina caminó hacia la baranda.
—¿Vas a terminar mi disfraz?
Mamá sonrió.
—Sí. Solo necesitaba un descanso —ella estiró el brazo y puso su mano en la cabeza de su hija—. La máquina no estaba funcionando bien y me estaba frustrando. ¿Recuerdas lo frustrada que te sentiste la otra vez cuando no podías resolver tu problema de matemáticas?
Romina asintió y de repente se ruborizó.
—Tiré mi caja de lápices al piso.
—¿Qué podías haber hecho en lugar de eso? —preguntó su madre.
—¿Pude haberme tomado un descanso? —adivinó Romina.
—Correcto —mamá despeinó cariñosamente el cabello de su hija—. Aun Jesús se tomó descansos. Hubo veces en las que sintió que necesitaba apartarse de todo. Se tomó descansos para orar, y creo que Él desea que también nos tomemos un descanso para tranquilizarnos, en lugar de que explotemos.
—Sí se siente bien estar aquí afuera —expresó Romina.
—Afuera. A solas en tu cuarto. Haciendo ejercicios en algún lugar —mamá asintió—. Cuando estemos frustradas, tomemos un tiempo para respirar, y quizá también para elevar una oración a Dios. Eso nos ayudará a sentirnos mejor.
EMILY ACKER
TÓMATE UN DESCANSO PARA CALMARTE
VERSÍCULO CLAVE: LUCAS 5:16 (PDT)
[JESÚS] A MENUDO JESÚS SE RETIRABA A LUGARES DONDE PODÍA ESTAR SOLO PARA ORAR.
¿Qué haces cuando algo te frustra? ¿Tiras el juego al piso, golpeas a tus hermanos, renuncias al proyecto o gritas a todos los que te rodean? La próxima vez tómate un descanso y ten un tiempo a solas por un rato, eso podría ayudarte a sentirte mejor. Jesús entiende cómo se siente el necesitar un descanso, y siempre está aquí para escucharte y ayudarte. Tómate un tiempo para descansar y cuéntale al Señor cómo te sientes.
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