Levántate

Alana se puso sus patines de hielo y sonrió a su tía.

—Estoy lista para aprender a patinar, tía Raquel.

Su tía sonrió también, tomó las manos de su sobrina y la ayudó a levantarse. Cuando comenzaron a deslizarse en el hielo, Alana se tambaleó de atrás hacia adelante, tratando de mantener el equilibrio.

—¡Ay! —exclamó, agarrándose con fuerza del brazo de su tía.

Después de dar algunas vueltas, Alana se soltó.

—¡Esto de patinar es pan comido! —declaró con una carcajada. Mientras hablaba, perdió el equilibrio y se cayó en el hielo—. ¡Auch! Parece que, después de todo, no puedo patinar —gimió.

La tía Raquel ayudó a su sobrina a levantarse una vez más.

—Claro que puedes. Cuando caes, solo tienes que levantarte y seguir patinando.

—¿Alguna vez te has caído? —preguntó Alana.

—Oh, sí. Y me sigo cayendo, a pesar de que he patinado por muchos años —aseguró la tía Raquel mientras le ayudaba a su sobrina a llegar a una banca.

Después de descansar por unos minutos, Alana estaba lista para volverlo a intentar.

Unos días después, Alana entró en la casa de su tía, después de la escuela, para esperar a que su mamá la recogiera.

—¿Cómo te va? —le preguntó la tía Raquel—. ¿Te caíste hoy?

Alana sonrió.

—No, pero hoy no fui a patinar.

—No, pero hay maneras más serias en las que podemos caer —indicó la tía.

—¿Como cuáles? —preguntó Alana.

—Bueno, estaba trabajando en la lección que voy a enseñar el domino y señala que, cuando pecamos, es como cuando nos caemos —explicó la tía Raquel—. He sido cristiana por muchos años, pero todavía me caigo cuando hago cosas malas, como cuando digo una mentira, cuando pierdo la paciencia o cuando cuento chismes. Dime, Alana, ¿qué tenemos que hacer cuando nos caemos?

—Volver a levantarnos —respondió la niña—. Tú me lo enseñaste cuando estábamos patinando.

La tía Raquel asintió.

—Estuve ahí para ayudarte a levantarte cuando caíste en el hielo. ¿Quién nos ayuda a levantarnos cuando pecamos?

—Eh… Jesús nos ayuda —contestó Alana.

—Tienes toda la razón —dijo la tía Raquel—. Él nos salvó del pecado y siempre está aquí para ayudarnos a levantarnos cuando caemos. Jesús quiere que le confesemos nuestras ofensas y que aceptemos Su perdón. Y entonces nos enseña lecciones de nuestros tropiezos.

LOVELLA DAOUST

ACEPTA EL PERDÓN DE DIOS Y SIGUE ADELANTE

VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 1:9

SI CONFESAMOS NUESTROS PECADOS, ÉL ES FIEL Y JUSTO PARA PERDONARNOS LOS PECADOS Y PARA LIMPIARNOS DE TODA MALDAD.

¿Puedes recordar las veces, tal vez incluso hoy, en las que has caído? Todos caemos cuando hacemos cosas malas, incluso los cristianos. Pero cuando caemos, Jesús promete ayudarnos a levantarnos. Tienes que arrepentirte de las cosas malas que has hecho, pero cuando has confesado tus pecados a Jesús, acepta Su perdón. Después busca en Él las fuerzas para seguir adelante en tu vida.

Clave de Hoy
0 replies

Leave a Reply

Want to join the discussion?
Feel free to contribute!

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *