El curso acelerado

—¡Mamá! —gritó Leandro, mientras corría hacia su automóvil. Un camión lo chocó cuando estaba entrando en el garaje.

«Por favor, Dios», oró el niño al acercarse a la puerta del conductor. «Por favor, te pido que mi mamá esté bien».

Cuando Leandro abrió la puerta del carro, su madre sonrió temblorosa.

—Estoy bien —le aseguró, bajándose del vehículo—. Todo está bien, hijo.

El conductor del camión salió y también se encontraba bien. Leandro suspiró aliviado e hizo una oración rápida para dar gracias a Dios, mientras su mamá y el camionero se encargaban de reportar el accidente a la policía y de otros detalles necesarios.

Durante el resto del día, Leandro se la pasó dándole abrazos a su madre y expresando:

—Te amo, mamá.

—Yo también te amo, hijo —respondió con una sonrisa.

Esa noche, cuando la madre estaba acostando a su hijo, Leandro la volvió a abrazar.

—Mamá, cuando vi que ese camión te chocó, ¡tuve tanto temor! Pensé que siempre estarías aquí, pero hoy tenía miedo de que estuvieras herida… o incluso que pudieras morir.

—Muchas veces no valoramos la presencia de nuestros seres queridos, ¿no crees? —contestó su madre—. De vez en cuando, tenemos recordatorios de que no debería ser así.

Leandro asintió.

—De hoy en adelante, te diré más a menudo que te amo.

Mamá sonrió.

—Siempre he sabido que me amas, hijo, pero es maravilloso oírlo —ella se veía pensativa mientras acomodaba las cobijas para tapar bien al niño—. Me pregunto si a veces tampoco valoramos a Dios —comentó—. En ocasiones, con tantas ocupaciones en la vida, podemos perder de vista cuánto significa Jesús para nosotros, cómo Él nos ama y murió por nosotros, y cómo promete que siempre estará a nuestro lado.

—¿Quieres decir que también deberíamos expresarle todos los días que Lo amamos? —preguntó Leandro.

Su madre asintió.

—Podemos decirle que Lo amamos al pasar tiempo en oración y darle gracias todos los días. También demostramos nuestro amor por el Señor cuando ayudamos y cuidamos a los demás.

—Creo que sí puedo hacer más a menudo esas cosas —aseguró Leandro.

—Yo también —afirmó mamá—. No me gustó tener un accidente hoy, pero creo que ambos aprendimos una lección muy importante —ella sonrió—. ¡Supongo que podríamos llamarlo un curso acelerado sobre el amor!

LISA MEISTER

AMA A DIOS

VERSÍCULO CLAVE: DEUTERONOMIO 6:5

AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN, CON TODA TU ALMA Y CON TODA TU FUERZA.

¿Cuándo fue la última vez que les dijiste a tus seres queridos que los amas? Es fácil que no los valoremos y demos por sentado que ellos saben cómo te sientes, así que no dudes en hacerles saber que los amas y los aprecias. Exprésale también tu amor a Jesús. Él ya conoce tu corazón, pero de todos modos puedes decirle al Señor que Lo amas y que aprecias todo lo que ha hecho por ti. ¿Qué tal si haces una pausa y se lo dices ahora mismo?

Clave de Hoy
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