Desvío
—¡Oh, no! —exclamó mamá—. Ese letrero dice: «Desvío adelante». La rampa de la autopista está cerrada.
Ella condujo hacia el otro lado del camino.
—Pero nos estamos alejando de la autopista —comentó Margarita al ver por la ventana—. Solo debemos seguir las flechas anaranjadas del desvío —aseguró su madre—. Fíjate para ver si encuentras la siguiente.
Después de conducir por un par de cuadras, Margarita apuntó y dijo:
—¡Allá! Dice que gires a la derecha… pero deberíamos ir a la izquierda si queremos avanzar en dirección a la autopista. ¡Alguien debe haber cambiado los letreros!
—Solo sigamos lo que indican las flechas —opinó mamá, girando a la derecha. La siguiente flecha también las mandó a la derecha y la siguiente las hizo girar nuevamente a la derecha.
—Estamos yendo en círculos —se quejó Margarita—. ¡No pueden estar bien esas flechas!
—Mira hacia adelante —señaló su madre—. Allá está la autopista. Las flechas estaban correctas, a pesar de que parecían estar mal —ella condujo hacia la rampa—. ¿Sabes una cosa? Alguien nos dio también direcciones para nuestras vidas, y debemos confiar en que Sus direcciones son las correctas, a pesar de que a veces parezcan que nos llevan hacia otro lado. ¿Sabes a quién me refiero?
Margarita pensó por un momento.
—¿A papá?
Mamá rio.
—A él le encantaría esa respuesta, pero estaba pensando en Dios. La Biblia dice que hay más dicha en dar que en recibir y que una respuesta blanda apaga la ira. Si comparamos esas palabras con lo que queremos o con lo que otras personas dirían, esas afirmaciones parecerían estar equivocadas.
—¿Y qué tal cuando dice que amemos a nuestros enemigos? —expresó Margarita—. Ese era el versículo que teníamos para memorizar la semana pasada.
Su madre sonrió.
—Este me parece bueno para nosotras en este día: «Por nada estén afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer sus peticiones delante de Dios».
—¡Quisiera haber recordado ese versículo cuando estaba preocupada por encontrar la autopista! —afirmó Margarita.
Mamá asintió.
—Las direcciones de Dios se van en contra de los mensajes que con frecuencia oímos en el mundo, que nos dicen que pensemos en nosotros mismos y que hagamos lo que queramos. Eso es porque, como cristianos, somos llamados a vivir como Jesús. Él vino a nuestro mundo para salvarnos del pecado y traernos al Reino de Dios. Cuando seguimos las direcciones de Dios, Él nos llevará a vivir de una manera en la que demostramos que pertenecemos a Jesús y somos parte de Su Reino.
PAULINE YOUD
CONFÍA EN LAS DIRECCIONES DE DIOS
VERSÍCULO CLAVE: PROVERBIOS 3:6
RECONÓCELO EN TODOS TUS CAMINOS, Y ÉL ENDEREZARÁ TUS SENDAS.
¿Las direcciones de Dios para tu vida, es decir, las instrucciones que Él te da en la Biblia, a veces te parece que no tienen sentido? Eso es porque el Reino celestial que Jesús nos trajo cuando vino a la tierra es muy diferente de cómo el mundo hace las cosas. En lugar de ponerte a ti mismo en primer lugar, Jesús dice que debemos amar a los demás, incluso a nuestros enemigos, tal como Él nos ama. Confía en que Dios te ayudará a andar en Su camino de amor mientras sigues Sus direcciones.
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