Nostalgia por Jesús

 “Toc, toc, toc”.  Bartolomeo, el anciano caballo de la finca, avanzaba lentamente.  La lenta caminata no le molestaba a Diego, quien cabalgaba el animal.  Tenía mucho en qué pensar.  “Papá vendrá pronto para llevarme”, pensó.  “Ya quiero regresar a la casa, pero no quisiera irme de aquí”.  El niño se había hospedado en la finca de lácteos de su tío Jorge por dos semanas.

Diego sintió tristeza esa mañana, mientras ayudaba con las tareas por última vez: alimentar a los pollos, lanzar heno a las vacas y llevar al viejo Bartolomeo para una última cabalgata.  Le gustaba estar en la finca.  Sin embargo, durante el desayuno, el recuerdo de su mamá, su papá y su casa hizo que los panqueques de la tía Milena se quedaran atorados en su garganta.  “También quiero ver a la abuela”, pensó.  “Me pregunto si ya se siente mejor que antes de venir.  Ha estado enferma por tanto tiempo”.

En ese momento, Bartolomeo bajó por un sendero que le llevaba al granero.  “¡Bartolomeo!  Todavía no estoy listo para regresar”, exclamó Diego, halando las riendas.  Pero el viejo caballo giró su cabeza y siguió arrastrando los cascos.  De repente, a Diego le alegró que lo hiciera porque ahí, en el granero, sentado en una montaña de heno, ¡estaba su papá!

Durante todo el camino a casa, Diego habló sobre la finca.  “Me gustó mucho estar ahí”, admitió, “pero los extrañé mucho, ¡a ti, a mamá y a la abuela!”

El padre sonrió.  “¿Sabes?  Creo que la abuela se siente igual”.

“¿Qué quieres decir con eso?”, preguntó Diego.

“Ella dice a menudo que está ansiosa por ver a Jesús.  Sé que no le gusta la idea de dejarnos porque la muerte es algo tan triste, pero también anhela ver al abuelo y a otros que ya se han ido al cielo para estar con Jesús”.

“Parecería que la abuela tiene nostalgia del cielo”, opinó Diego.

Papá asintió.  “De cierto modo, todos los cristianos tenemos esa nostalgia, porque nuestro hogar está con Jesús.  A pesar de que siempre está con nosotros en nuestras vidas, ahora mismo, no podemos ver a Jesús cara a cara.  Pero un día lo veremos, ya sea cuando muramos o cuando Él regrese y arregle todas las cosas.  Entonces, todos los que conocemos a Jesús podremos vivir junto con Él”.

“¡Definitivamente ya quiero que llegue ese día!”, aseguró Diego.

“Yo también”, dijo su padre.  “Al igual que la abuela”.  CAROL J. BROOKMAN

EL HOGAR DE LOS CRISTIANOS ESTÁ CON JESÚS

VERSÍCULO CLAVE: APOCALIPSIS 21:3 (NTV)

OÍ UNA FUERTE VOZ QUE SALÍA DEL TRONO Y DECÍA: “¡MIREN, EL HOGAR DE DIOS AHORA ESTÁ ENTRE SU PUEBLO!”  

Cuando piensas en ver a Jesús cara a cara, ¿te parece que será en un día lejano?  ¿No te gusta la idea de dejar a los que amas… o que ellos te dejen?  La muerte es algo triste, pero recuerda que Jesús venció a la muerte cuando se levantó de entre los muertos.  Un día Él regresará y hará nuevas todas las cosas, y los cristianos vivirán junto con Él para siempre.

Clave de Hoy
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