Lana enredada

“¡Oh, no!”, exclamó Javiera mientras ella y sus padres entraban a la casa.  Una lana rosada estaba envuelta en las patas de la mesa y las sillas, y debajo de los peldaños de las sillas.  La lana iba desde la cocina hasta el comedor, donde iba de arriba hacia abajo y alrededor de las patas de las sillas.

No tardaron mucho en descubrir al culpable: era Parches, el gatito de Javiera.  “Pero ¿cómo puede un gatito tan pequeño hacer un desastre tan grande?”, preguntó la niña.  “¡Y miren mi lana!  ¡Acabo de comprarla!”

“Lo siento, Javiera”, expresó su madre, “pero parece que vas a perder casi toda tu lana.  Lo mejor será ir por las tijeras y empezar a cortarla”.

“Espera”, dijo papá.  “Es demasiada lana como para desperdiciar.  Déjame tratar de desenredarla”.  Y así, se puso a trabajar.  Javiera y mamá también ayudaron.  Fue difícil, pero la lana finalmente terminó enrollada en una bolita.

“Bueno”, señaló Javiera, mirando dudosamente la lana, “todos los hilos están separados”.

Su madre asintió.  “Supongo que las garras del gatito lo hicieron”.

Javiera suspiró.  “No volverá a ser lo mismo, pero todavía puedo usarla”.

“Lana enredada”, comentó su padre.  “Es como lo que dijo el pastor Pablo en la iglesia, ¿verdad?  Él habló de las consecuencias de quedarnos enredados en el pecado”.

Mamá afirmó con la cabeza.  “Todo pecado nos daña, y esa es la razón por la que necesitamos que Jesús nos salve del pecado y nos haga nuevos.  Pero aun si lo conocemos, todavía habrá consecuencias dolorosas con las que tenemos que lidiar, a causa de las decisiones pecaminosas que hemos tomado”.

“Como cuando las personas toman drogas u otras cosas peligrosas?”, preguntó Javiera. 

“Sí”, respondió papá.  “No importa lo que hagamos, Jesús todavía nos ama y nos perdonará, incluso si hacemos cosas que dañan nuestros cuerpos o si pecamos de tal manera que queden consecuencias a largo plazo”.

“Jesús murió y resucitó para libertarnos de las consecuencias de nuestro pecado, incluyendo la peor de todas: la muerte”, explicó mamá.  “Aun si tenemos que afrontar las consecuencias por nuestras decisiones pecaminosas, podemos confiar en que Él nos perdonará y nos hará personas nuevas”.  VERA M. HUTCHCROFT

EL PECADO TIENE CONSECUENCIAS

VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 6:23 (PDT)

EL PECADO DA COMO PAGO LA MUERTE, PERO DIOS DA COMO REGALO LA VIDA ETERNA EN UNIÓN CON NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO. 

¿Sabes lo grave que es el pecado?  Pecar es hacer cualquier cosa que vaya en contra de Dios, nuestro buen Creador.  Cuando pecamos, nos hacemos daño a nosotros mismos y a los demás.  La buena noticia es que Jesús murió y resucitó para salvarnos del poder del pecado y su mayor consecuencia es la muerte.  Confiésale tus pecados.  Él te perdonará y te ayudará a afrontar las consecuencias por tus acciones.

Clave de Hoy
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